Charlie fuera de servicio

568 47 43
                                    

Él es mi hermano mayor Charlie, suele ser el que me cuida y me sobreprotege.

Hoy, es mi turno de cuidar de él después de la noche anterior, poco recuerdo de todo, sólo sé que me dejaron ebria en la puerta de mi casa, Charlie me bañó y me acostó en la cama, cuando desperté a la mañana siguiente, Marv y una chica desconocida salieron de la casa sin darse cuenta de que ya había despertado.

Después de varios meses sin entrar al cuarto de mis padres, abrí la puerta para ver si Charlie estaba bien, pero encontré a un Charlie desnudo, cerré la puerta de golpe avergonzada, esta era la primera vez que veía una cosa así real y no en fotografías, la vez que Charlie me quitó el celular, Chad me prometió mostrármelo si le enviaba la foto.

No había vuelto a hablar con él hasta la fiesta de ayer, me había mencionado que hoy sería un partido importante para el equipo, incluso que podían poner a Charlie como capitán, el partido comenzaba a las 8:00am, y ya habían pasado las 11:00am.

Charlie se había perdido ese partido tan importante por mi culpa, me preguntaba si habrían ganado sin él.

Tampoco creía que Marv hubiera ido, también él perdió su partido por mi culpa.

Volví a entrar al cuarto de Charlie tapándome los ojos, le puse una manta encima y recogí las sábanas y la ropa sucia que estaba tirada, también recogí sus cosas de basquetbol, tomé mis sábanas manchadas por la noche anterior y lavé a mano, después las metí a la lavadora.

Volví a entrar al cuarto de Charlie, pero seguía dormido a pesar del ruido que hacía la lavadora, hice hot-cakes para desayunar, ya que era lo único que sabía hacer, Charlie siempre se levantaba para hacer el desayuno primero, ni el ruido de la licuadora ni el ruido que hice al lavar los trastes hizo que mi hermano se despertara.

La mañana transcurría lento, trapeé, hice mi tarea, vi una película y me pinté las uñas de nuevo. Me desmaquillé y me bañé, cuando dieron las 3:00pm ya estaba harta de comer hot-cakes, y Charlie seguía dormido.

Por más que lo moviera no despertaba, por más que le gritaba no despertaba. Tomé el dinero que encontré en sus pantalones antes de meterlos a lavar, y pedí una pizza.

Tendí la ropa y acomodé mi cuarto en lo que esperaba, el repartidor llegó antes de lo esperado y pagué la pizza.

─ ¿Qué no eres la chica de la fiesta de anoche? ─Me preguntó intrigado. ─Somos de la misma escuela, pero voy en un grado mayor al tuyo.

Tal vez él sabía lo del equipo de Charlie.

─ ¿Sabes de casualidad si el equipo de basquetbol perdió hoy? ─ Rogaba para que me diera una respuesta positiva.

─Ah... Verás... ─Balbuceó el repartidor de pizza un poco sonrojado, era de buen parecer.

─ ¡No sabía que trabajabas en una pizzería, Marcos! ─Gritó subiendo las escaleras Marv. ─A ver cuando tomamos unos tragos. ─Rio, dándole una palmada en la espalda, después se percató de que yo estaba allí. ─ ¡Buenas, Lola! ¿Charlie ya despertó? No responde mis llamadas.

─ ¿Sommer vive aquí? ─Le preguntó Marcos atónito.

─Está dormido, normalmente él hace la comida, pero papá tampoco está en casa. ─Tomé la pizza y la puse en la mesa.

Marv abrió los ojos como platos.

─ ¡Marcos se tiene que ir a trabajar! ─Marv pateó a Marcos hasta que se fue, y entró a la casa poniendo seguro. ─Lola, cuando una mujer está sola no lo dice, y menos con un hombre soltero realmente sexy que reparte pizza.

Realmente no escuché bien lo último, ya estaba comiendo mi segundo trozo de pizza.

─Hace mucho que no me regañaban, gracias. ─Dije con una sonrisa antes de morder otro trozo de la pizza. ─Pero tú también eres hombre, Marv.

─Conmigo es diferente porque te conozco desde que naciste. ─Su tono sonaba molesto, y tomó la rebanada más grande de pizza. ─No me interesas en absoluto.

─Nunca me has contado sobre las chicas que te gustan. ─Dije mientras hablaba con la boca llena.

─No hables cuando comes, es de mal gusto, ¿Qué Charlie no te ha enseñado modales?

─Charlie está en coma por el momento. ─ Terminé mi rebanada y la guardé en el refrigerador. ─Tranquilo, si no le has dicho nada a Charlie, mantendré el secreto.

─ ¿Por qué te diría algo a ti que no le dijera a Charlie?, es totalmente ridículo. ─Marv se sonrojó y terminó hambriento su rebanada. Lo volteé a ver con una sonrisa, él apartó la mirada.

─De hecho sé tu secreto. ─Mentí. ─Has estado enamorado de alguien desde que eras un niño, ¿no?

Empecé a acercarme a él sensualmente, si no me decía, le haría escupir la verdad.

─Lola, date a respetar, por todos los cielos. ─Me empujó con indiferencia y fue directamente a la nevera para ver qué más había para comer.

─Si no te gusto yo, entonces te gusta alguna chica de tu salón. ─Lo volví a perseguir. Se distanció de mí y fue a la sala y encendió la tele, subió un poco el volumen y se sentó en el sofá principal. Me senté arriba de él.

─Maldita sea, Lola, déjame en paz. ─Me tiró del sofá. ─No creí que fueras tan zorra. Y para tu información soy gay, perra.

─ ¡¿CÓMO PUDISTE COMPRAR PIZZA DE MI DINERO?! ¿No pudiste esperar a que despertara a hacer de comer? ─Gritó Charlie dese la cocina, Marv y yo volteamos asustados. ─Espero que hayas comido suficiente, porque me lo llevaré todo al cuarto.

Después fue a la sala y vio solamente a Marv de pie, yo lo vi desde el suelo, sólo tenía puesto un bóxer, Marv se sonrojó totalmente.

─ ¡Charlie, tu hermana! ─Le reprendió.

─Tienes razón, ya me voy. ─Dijo con desgana regresando a su cuarto con el cartón de pizza. Marv cayó en el sillón avergonzado. Me acerqué con sigilo hasta él.

─Creo que Dios le dio otra oportunidad a cierta personita. ─Me burlé de él.

Al día siguiente, Charlie enfermó por comer pura pizza, la chica de la otra vez se presentó en la casa, le dije que Charlie se había enfermado, pero Charlie dijo que la dejara entrar.

En eso me llegó una llamada, al contestar, Marcos habló y me invitó al parque cercano de mi casa, sabía que si le decía a Charlie me mataría, así que me fui sin decir nada y en silencio.

Charlamos un poco sobre la escuela, y fue mi segunda oportunidad para preguntar sobre el partido de ayer.

─Ah, cierto... Perdieron y bajaron una liga. Era un partido muy importante para la escuela. ─Contestó Marcos rascándose la nuca. ─La verdad, conseguí tu número porque se lo pedí a la pizzería, ¿estuvo mal?

─No, para nada. ─Me sonrojé, aunque realmente fue algo muy tonto, empezaba a oscurecer, Marcos me acompañó a casa, y justo cuando yo entraba, la chica de ayer salía, Charlie se quedó atónito abriendo la puerta.

─Katherine. ─Pronunció su nombre con dificultad.

─ ¿Marcos? ─Preguntó un poco asustada.

─ ¡Lola! ─Me regañó Charlie.

─Charlie... ─Balbuceé apenada.

Charlie besó en la mejilla a Katherine y la sacó de la casa, miró furioso a Marcos y me tomó del brazo y me metió a la casa, choqué con su pecho descubierto y cerró la puerta de la casa sin poder despedirme de Marcos.

─ ¿Qué hacías con Marcos? ─Me preguntó enfadado.

─ ¿Qué hacía esa chica en la casa? ─Le pregunté para callarlo. Ambos dejamos el tema para después, él se encerró en su cuarto, pero al recordar el tacto de mi cara contra su pecho descubrí que, olía a mujer. No podía describir lo que sentía en ese momento, pero estaba segura que fue el mismo que sintió Charlie al verme con Marcos.

Charlie y LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora