Trabajando con los hermanos

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Ella es mi hermana menor Lola, ya no puedo decir más que es muy pequeña, y mucho menos graciosa. Se ha convertido en toda una mujer y me siento orgulloso de ella.


Los meses pasaron desde aquel feo incidente, y la mayoría del tiempo me la pasaba fumando o drogándome con Marv y otros amigos con la esperanza de sacar de mi mente a Kath, pero la mayoría de las veces era en vano.


Nunca le dije a Lola, porque tenía miedo de que ella siguiera mi ejemplo e intentara probarlo. Me sentía vacío por dentro y nada podía llenarme, mi vida fue un infierno durante todo este tiempo, pero ahora debo ser fuerte para Lola, y más que aparte de estudiar, decidió trabajar en una pequeña, rústica y pacífica cafetería.


Estaba tan orgulloso y feliz por ella que iba cada fin de semana, siempre y cuando la universidad me dejaba, y siempre llevaba amigos conmigo. La primera vez que llevé a Marv lloró de la emoción.


─Basta... Me están avergonzando enfrente de los clientes. ─Se molestó Lola. ─Sólo díganme qué van a tomar.


─Nuestra pequeña ha crecido, Charlie. ─Sollozó exageradamente Marv, estábamos actuando como unos padres ante Lola y eso la ponía de peor humor. ─ ¡Mírala tan bonita en su uniforme de meserita!


─Deberíamos conmemorar este momento con una foto grupal. ─Dije sacando mi cámara, tomé como 20 fotos en diferentes posiciones ridículas en la cafetería. Lola sacaba humo por las orejas.


Lola era muy malagradecida conmigo, cada vez que yo llegaba a la cafetería con mis amigos, había más clientes (mujeres, por supuesto). No era una cafetería concurrida hasta que nosotros llegamos ahí.


Nuestro padre también quería que yo trabajara, y caí en la cuenta de que Lola era mucho más productiva que yo. No se me ocurría ningún lugar en el cual yo pudiera trabajar, y me sentía un holgazán total.


─Ni se te ocurra trabajar en la cafetería. ─Me sentenció Lola, abrí los ojos y fingí que lloraba. ─ ¡Me avergonzarías más de lo que haces cada fin de semana!


─Ya sé que ya creciste, sólo déjame disfrutar todo lo que pueda de ti. ─Me crucé de brazos y me volteé dándole la espalda un poco molesto.


─ ¿A qué te refieres? ─Cuestionó acercándose a mí con curiosidad, su tono de voz se había ablandado, como una madre que buscaba la verdad en su hijo. Su voz me hizo recordar lo inútil que le era a Lola.


─Ya eres demasiado madura para esto. ─Dije señalándome con ambas manos. ─No necesitas un hermano mayor que te cuide, ya eres independiente... y eso me...


Llevé mis manos a la cabeza y apreté mi cabello en señal de frustración. Lola acarició mi pelo para que me calmara.


─Charlie, no siempre iba a ser una niña. ─Me abrazó con amor. ─Todos debemos crecer física y emocionalmente, y para serte sincera, yo tampoco quería que crecieras. Haz cambiado mucho, es un hecho, pero no puedo recordar cómo eras antes. Eres mi hermano mayor, y siempre te necesitaré.

Charlie y LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora