"Para que una estrella nazca hay una cosa que debe suceder: 'una nébula gaseosa debe colapsarse'.
Así que colápsate.
Desmorónate.
Ésta no es tu destrucción.
Es tu nacimiento."
El rizado lo mira incrédulo, no puede estar pasado, es demasiado, sabe que no lo merece, no cree merece algo tan malo como esto... Louis no lo recuerda, Louis se olvidó de él.
-Amor soy yo, Harry. - Se acerca a paso lento hacia el castaño, éste lo mira con confusión y enojo al mismo tiempo. No le agrada la manera en la que el niñato le está hablando, además jamás lo había visto en su vida.
-No sé quién mierdas eres, sal de aquí. - Dice de manera dura, sin un poco de compasión, el fuerte dolor de cabeza no ayuda en nada.
El castaño suspira, pasando las palmas de sus manos por su rostro.
Mientras tanto Harry se desmorona, Louis jamás le había hablado de esa manera.
Todo tiene que ser una broma, esto no puede estar pasando.
¡Claro!
Es una jodida broma, como no lo pensó antes.
Es tan idiota por caer tan fácilmente.
De un momento a otro se encuentra sonriendo, una sonrisa que ilumina todo el lugar.
Sus mejillas se tiñen de un rosa pálido, haciendo que se vea malditamente adorable.
Louis lo mira con una mueca.
Piensa que el chico es tan raro, hace un momento estaba llorando como una chica y ahora sonreía.
Rueda los ojos ante lo tonto que es eso.
Nadie puede cambiar de humor de esa manera.
El rizado se acerca aún más, quedando a un lado de la camilla donde el mayor se encuentra.
-Lou basta, sé que todo esto es una broma. - Suelta una risita. - ¿Está bien?, lo siento, soy tan tonto, te descubrí amor.
El ojiazul no sabe qué hacer, en primera no sabe porque está en un hospital y en segunda, el niño no parece comprender que no lo conoce.
-No estoy bromeando, no tengo idea de quién eres, además no mphm...
El rizado no lo deja terminar cuando sus labios ya están sobre los del castaño.
Lo besa de manera lenta y suave, Louis no se mueve, está en shok.
Sus ojos se abren en exceso cuando se da cuenta de que está besando a un hombre.
De manera violenta, toma los hombros del menor, alejándolo de él, lo mira con rabia, esta rojo de la furia, su cuerpo duele, siente como si fuera a morir ahí mismo.
Intenta levantarse de la camilla, pero una fuerte punzada cruza por su cabeza haciendo que gima de dolor.
Quiere golpear al chico con todas sus fuerzas.
Gruñe.
Levanta la mirada topándose con el menor.
Lágrimas corren por sus mejillas nuevamente, no dice nada, no emite ningún sonido... sólo llora en silencio.
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Home ||L.S||
RomanceY una vez que pase la tormenta no recordarás cómo hiciste para salir de ella, cómo te las arreglaste para sobrevivir. No estarás seguro siquiera, de hecho, si la tormenta fue real. Pero una cosa es cierta: al salir de la tormenta no serás la misma p...