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Capítulo 15: No fui suficiente.

"¿Por qué esta vida no era suficiente para ti? ¿por qué yo no soy suficiente para ti? ¿por qué no confiaste en mí? Si hubiéramos tenido más tiempo, ¿habría sido diferente?"

-Yo antes de ti, Jojo Moyes.

-Oye, Harry.

- ¿Mhn?

Susurra aún entre sueños el rizado.

-Amor despierta, vamos a casa. No puedes quedarte aquí, hace frío y la fiesta ya terminó.

Frotándose los ojos, levanta la mirada hasta su madre, quien está justo a un lado de él, todavía con su hermoso vestido blanco.

- ¿Qué hora es?

-Tarde, hay que irnos o te enfermeras. A demás, estoy que me matan los pies.

Hace una mueca, mirando la mesa frente a él.

Se quedó dormido.

Levantándose de la silla y haciendo tronar algunos huesos de sus brazos y cuello, camina hasta la puerta principal de la casa.

Tiene una resaca de los mil demonios, jamás había bebido tanto desde aquella vez.

Vaya coincidencia...

Siempre por la misma persona.

- ¿Que sucedió ayer Harry?

Pregunta Anne mientras arranca el coche con Robin a su lado medio dormido igual que ella.

Desaparece en la carretera de aquella madrugada y conduce camino a casa.

Suspira.

Se deja caer en el asiento y cierra los ojos.

La mujer espera con paciencia a que su hijo hable.

- ¿Y bien?

-Regreso mañana a Los Ángeles.

Espera alguna reacción por parte de su madre, que le grite diciéndole que por qué se irá tan pronto, que no lo merece, que hace años que no lo ve y ahora que por fin tiene la oportunidad, simplemente tiene que irse de nuevo.

Así, sin más...

Pero en cambio no pasó nada. Ninguna chispa de tristeza reflejada en los ojos de la mujer. Sólo lástima.

- ¿Por qué?

-No puedo seguir aquí.

Lágrimas recorren sus mejillas.

¿Desde cuándo comenzó a llorar?

-Una vez más Harry... una vez más te vas sin enfrentar tus problemas amor.

Anne sonríe melancólica.

-Louis no es un problema, es mi perdición. Tengo que sacarlo de aquí.

Empuña su mando poniéndola sobre su pecho.

-Lo hizo de nuevo. Pensé que todo estaba bien, estaba siendo tan atento conmigo... yo c-creí, por un momento creí que era el mismo de antes.

Solloza.

Anne lo mira con los ojos rojos, aprieta las pestañas, luchando contra las lágrimas que quieren salir.