"Probablemente se vengan cosas más fuertes y lo más seguro es que vengan otras más maravillosas pero mírate ahora.
Mira lo que has logrado con todas esas cicatrices que te dejaron.
Nunca unas cicatrices se vieron tan perfectas en alguien, no importa que pase de ahora en adelante, lo que tienes que tener presente es que siempre te elijas a ti y que no tengas miedo y recuerdes, que nunca podrás volver a ser la misma de antes y que jodidamente espectacular es eso."— GG
Eran las seis de la mañana, y Louis había despertado empapado de sudor. Harry reposaba tranquilo y aún en los brazos de Morfeo a su lado. Sus pestañas del color del chocolate acariciaban suavemente las blanquecinas mejillas del rizado, mientras que de su boca entre abierta salían pequeños y casi inaudibles suspiros.
El cumpleaños de Harry iba a ser en poco tiempo, y Louis no sabía que regalarle. Había pensado en aquellas pantuflas grises que habían visto en la tienda hace una semana. O la taza térmica con la foto de su boda que había sugerido Anne.
Pero Louis quería darle algo excepcional. Algo que no se consiguiera en una tienda de souvenirs. Quería algo único, tal como era Harry.
Se levanta despacio de la cama, cuidando que Harry no se despierte. Toma la bata de dormir azul que Harry le regaló dos días después de su boda en la luna de miel. Y la anuda para que el frío no le traspase. Toma un cigarrillo de menta y sale al balcón. Harry odia el olor del tabaco. Enciende el cigarro y observa como el rojo del fuego consume el filtro de papel. Se frota las manos y mira hacía las calles.
¿Qué podía darle que no tuvieran ya?
Así que decide tomar su celular y marca a la única persona que a pesar de todo lo sucedido tenía cabeza para las relaciones amorosas.
Después de dos pitidos, la voz adormilada de Liam contesta.— ¿Hola?
Su voz se escucha ronca, así que supone que su castaño amigo se encontraba durmiendo.
— ¿Está Zayn ahí? Lamento llamar tan temprano Liam, pero necesito un consejo.
Se escucha cómo revuelven las cobijas mientras los pasos de Liam lo hacen aguardar.
Por lo bajo Liam musita un "Te llaman". Mientras el celular es pasado a alguien más Louis termina su cigarrillo.
— ¿Bueno? — voz firme, denotando claramente que el oji miel ya estaba despierto.
— No se que regalarle.
La oración volando entre la línea telefónica. El otro suspira y contesta.
— Piensa en que es lo que más le gustaría tener. Son matrimonio hace poco tiempo, así que haz un poco de memoria.
El oji azul acepta la respuesta y corta la línea. Regresa a la calidez de la habitación y se sienta junto al amor de su vida. ¿Qué es aquello que más anhela Harry?
Y cual milagro, la respuesta llegó a su cabeza de inmediato.
Ya sabía que era aquello que más anhelaba Harry.
Por ello, se levanta y prepara el desayuno de Harry. Un plato de cereal integral, fruta picada, un pan tostado con mantequilla, un vaso de leche y uno de jugo fresco. Deja una nota en la charola y abandona el lugar.
Toma una ducha rápida y se viste. Toma la billetera y el teléfono mientras sale de su nueva casa.
~
El camino hasta la estancia había sido algo largo, pues se encontraba a las orillas de la ciudad, el trasero de Louis dolía y su estómago rugía. Sin importarle aquello, abandonó el vehículo y caminó a pasos nerviosos pero decididos hasta las puertas de cristal del lugar.
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Home ||L.S||
RomanceY una vez que pase la tormenta no recordarás cómo hiciste para salir de ella, cómo te las arreglaste para sobrevivir. No estarás seguro siquiera, de hecho, si la tormenta fue real. Pero una cosa es cierta: al salir de la tormenta no serás la misma p...