Capítulo 40: Final.

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"Tantos momentos de felicidad
Tanta claridad, tanta fantasía
Tanta pasión, tanta imaginación
Y tanto dar amor hasta llegar el día
Tantas maneras de decir te amo
No parece humano lo que tu me das

Cada deseo que tu me adivinas
Cada vez que ríes, rompes mi rutina
Y la paciencia con la que me escuchas
Y la convicción con la que siempre luchas
Como me llenas como me liberas
Quiero estar contigo si vuelvo a nacer

Le pido a Dios que me alcance la vida
Y me de tiempo para regresar
Aunque sea tan solo un poco
De lo mucho que me das
Le pido a Dios que me alcance la vida
Para decirte todo lo que siento gracias a tu amor

El sentimiento de que no soy yo
Y que hay algo más cuando tu me miras
La sensación de que no existe el tiempo
Cuando están tus manos sobre mis mejillas
Como me llenas como me liberas
Quiero estar contigo si vuelvo a nacer...

El sentimiento de que no soy yoY que hay algo más cuando tu me mirasLa sensación de que no existe el tiempoCuando están tus manos sobre mis mejillasComo me llenas como me liberasQuiero estar contigo si vuelvo a nacer

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Muchas veces Harry había visto "Guerra de novias". Y nunca había creído imposible organizar una boda en pocos meses. Así que ¿por qué no organizar una en dos meses?

Los meses más ocupados, estresantes y agotadores en la vida de ambos chicos no se comparaban a aquellos dos miserables meses.

Louis creía que su madre exageraba cuando le decía que era una locura.

Harry creía que Anne exageraba cuando le decía que ambos estaban locos.

Ninguno pensaba claro, o eso fue hasta que Harry pidió encargarse de los arreglos, las invitaciones, y la lista de invitados mientras Louis se encargaba de todo lo demás. Que era; básicamente, todo. Corría de allá para acá, reservando lugares, probando platillos, platillos y más platillos.

Incluso pensó en ordenar pizzas y ya. Pero en cuanto le comentó de ello a Harry, el muchacho casi se desmayaba. Al final del último día de soltero de Louis, estaba agotado. Tenso y nervioso. Quería vomitar la cena de navidad pasada. Quería arrancarse el cabello y comerse las uñas. Harry no había visto nada de lo que Louis había organizado. Y el ojiazul temía que algo no le agradara. Quería que fuera todo una sorpresa, pero temía arruinar el día más importante en sus vidas.

Y aún no tenía un traje. Había marcado a Liam, pero le gritoneo tan fuerte que decidió colgar.

Le había marcado a Zayn, pero alegó que su buen aspecto en las fiestas no tardaba unos cuantos minutos y ya, sino que necesitaba de arduas horas de trabajo y estrés.

Pensó incluso en llamar a Niall, pero recordó que estaba encargándose de todo lo que él debería estar haciendo, así que decidió no cargarle más la mano al pobre.

La reconciliación con Niall había sido de lo más dramática. Lágrimas aquí, lágrimas allá. Mocos escurriendo e incontables "lo siento, fui un idiota". Al final resultó que Harry no era tan duro como él creía. Y había llamado al rubio en plena, madrugada llorando, pidiéndole, implorándole que asistiera a la boda y le hiciera el honor de ser el padrino.

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