Capítulo 35: Rabietas y golpes.

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"Te torturo
Toma mi mano a través de las llamas
Te torturo
Soy un esclavo de tus juegos
Sólo soy un bobo por el dolor
Quiero encadenarte
Quiero amarrarte
Sólo estoy bobo por el dolor

Estoy bobo por el dolor
Tengo el escuadrón tatuado en mí desde mi cuello hasta los tobillos
La presión ejercida por el hombre nos puso en rebelión
Vamos a ir a la guerra, si, sin fallar
Hazlo por la familia, perro, somos diez viniendo, perro
El amor y la lealtad, eso es lo que representamos
Alienados por la sociedad, toda esta presión me da ansiedad
Caminando lento a través del fuego
Como... ¿Quién va a probarnos?
Sintiendo que el mundo va en contra de nosotros
Así que ponemos al mundo en nuestros hombros[...]



Para Harry la vida nunca había sido fácil tras el accidente.

Siempre creyó que todo iba a estar lleno de nubarrones grises, no creía encontrar la felicidad de nuevo. Aun cuando Ash se encontraba a su lado, el vacío en el pecho nunca había dejado de crecer. Se sentía sólo, sin esperanzas.

Estaba resignado a sentarse y ver cómo los demás vivían sus vidas plenas y felices mientras el suspiraba por un amor perdido, un amor roto.


La primera vez que vio a Louis no hizo más que sonrojarse, aun cuando a los seis años un niño no sabe que es el amor o el deseo, el pulso de Harry había acelerado y sus manitas temblaban. Decir que esa condición no había empeorado conforme ambos niños pasaban años juntos eran falacias.

Cuando Louis volvió de una forma tan arrebatada a su vida, una chispa que creyó extinta dio indicios de seguir encendida.


Amar no es acto sencillo, perdonar tampoco. Y sim embargo, a pesar de su dificultad de lo maravilloso que es lograr cometer ambos las personas les siguen confundiendo. Seguramente muchos de los que habían participado de forma externa en su relación los había visto mal, o había desaprobado lo que veía sin conocerles.

Pero Harry podía ser la persona más feliz con sólo ver las arrugas a los costados de los ojos de Louis cuando sonríe.


El mundo era irrelevante cuando se trataba de Louis. La vida misma se podía ir a la mierda.

Y por ello es que cuando el jefe de años de Harry, aquél que siempre le dio su confianza y corazón, aquél que le abrió las puertas de su empresa a pesar del acto de caridad del padre de Niall, nunca le había mentido o engañado. Y ver cómo la policía irrumpía en su hogar para escoltar al que se había robado su vida entera cual criminal le provocaba un dolor indescriptible.

Su mente estaba revuelta, su corazón confuso, su razón pendía de un hilo y aun así su ser alegaba que todo era un error. Que Louis, su Louis, sería incapaz de hacerle daño a alguien de forma consciente, mucho menos sería capaz de hacerle daño a él.

El camino a la delegación había sido eterno para Harry, quien había tenido que seguir la patrulla que había llevado a Louis. Oh Louis, su Louis, ¿cuándo tendría un día en paz con él?, ¿cuándo el mundo, el destino, o el karma dejaría que su felicidad hallara un lugar?

Las imágenes aún se encontraban frescas en la mente de Harry, repitiéndose una y otra vez cual disco rayado.



"Louis estaba tras él, junto a la estufa preparando el té que tanto ama Harry.

El chico de los rizos dando batalla al rodillo y la masa de galletas con chispas de chocolate.

Todo pasó tan de repente, el celular de Louis vibró anunciando la llegada de un mensaje. Y el de Harry timbró anunciando la llegada de una llamada.

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