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Capítulo 10: Cuando regresé.

"Cada vez que mezclas dos personas diferentes entre sí tendrás problemas, pero puedo ver que lo que ustedes tienen vale la pena."

-Leal, Veronica Roth

Un gran filósofo dijo una vez: 'Nada existe; si algo existiera, no lo podríamos conocer y si lo pudiéramos conocer, no podríamos comunicarlo. '

Una vez dos chicos decidieron amarse, muchos cuentan que su historia era real. Una inocente; se conocieron apenas eran niños. Nadie los juzgaba, inclusive sus madres estaban por completo orgullosas de sus hijos.

Pero un día pasó algo malo. Muy malo para ser verdad, y dos almas llenas de vida se convirtieron en algo que nadie quisiera ser.

Bien dicen que las historias de amor no existen. Nada existe. A sí que nuestros padres y todas esas personas que se empeñan en hacernos creer en la magia y el amor pierden su tiempo.

Porque todos crecemos, maduramos y finalmente cambiamos. Louis ya no es un pequeño risueño. Si, ha cambiado, pero ya no tiene esa parte de sí mismo que lo hacía ser mejor.

Sus notas son buenas, algo impactante para su madre, pero ella está plenamente consciente de aquello que le hace falta a su hijo.

Ahora han pasado tres años desde su ausencia, Louis ya tiene veintiún años y es más responsable de lo que Jay algún día podría imaginar.

El rizado no se queda para nada detrás, es un alumno excelente, mantiene un diez en todas sus materias y Anne desde la lejanía lo alaga.

En esos tres años sin Harry, la señora de un inmenso corazón decide rehacer su vida con un nuevo hombre. Ahora una pequeña de ojos verde como el mayor es recién nacida.

La boda se celebrará en tres días, y la mujer espera ansiosa en el aeropuerto de la ciudad por su pequeño al que no ha visto mas que en unas pocas video llamadas que anteriormente le había enseñado a hacer.

Decir que Harry estaba orinándose encima de los nervios sería una falacia.

El rizado camina con maletas en mano buscando a su madre por todos lados, diecinueve años y ha crecido alrededor de diez centímetros y su voz se ha hecho dos tonos más gruesos. El maldito acné que todos odiamos sigue presente como un espíritu de la odiosa pubertad.

Cuando encuentra al fin a la ahora para él pequeña mujer corre hasta ella y la estruja en sus inmensos y firmes brazos.

Para ambos se sentía como estar de nuevo en casa.

Con gran parsimonia se dirigen al antiguo hogar llenos de risas y pequeños sollozos de una mamá orgullosa de los cambios de su hijo.

-Y dime cariño, ¿qué tal la nueva escuela?

-Espectacular mamá, los profesores son excelentes, las instalaciones hermosas y hay chicos geniales, tengo un amigo, Niall, él es el mejor mamá. Compartimos habitación desde mi primer día y casi todas las clases.

-Eso es magnífico cariño. Me alegra que tengas tanta facilidad para crear nuevas amistades, estoy tan orgullosa.

El rizado asiente.