Bill y Fleur, hechos el uno para la otra.

Noticias

"Fleur, estaba preocupada por no tener noticias tuyas, papá a estado abrumado y varias veces a intentado salir a buscarte, ayer les conté que me habías escrito y se pusieron muy felices, estoy muy contenta por ti, que bueno que ya puedes pagarte tu propio espacio.

Por otro lado siento decirte que desde que saliste de viaje a sido costumbre ver a tu querido Bastien con muchas chicas. Papá esta furioso, ni siquiera esperó a tener noticias tuyas para salir con otras chicas, dicen que esta de novio de Typhaine ¿puedes creerlo? ¡tan santurrona que decía ser y mira, te quita el novio a la primera oportunidad!

Espero me visites pronto me haces mucha falta. ¡HA! Y muy linda la lechuza espero verla de seguido.

Besos

Gabrielle."

La carta de Gabrielle, su hermana menor, le había llegado en el momento mas oportuno a Fleur, llevaba ya cuatro días desde que habían empezado los trabajos de campo para ella. Aunque no había tenido mayores inconvenientes si que se había encontrado con problemas, sobretodo con el trato grosero que le daban sus compañeros de trabajo. Fleur era una bruja extremadamente bien preparada en los dotes mágicos, en los éxtasis de Encantamiento y duelos había sacado un Extraordinario y en transformaciones un supera las expectativas. Desafortunadamente la forma y el mundo de cristal en el que había sido criada le impedía realizar cosas de las que era capaz.

Aquel día mientras Fleur caminaba hacia el banco escuchó algo que la dejó fría. Un par de hombres se vanagloriaban por que a Harry Potter lo iban a expulsar de Hogwarts. - Así es Crabbe el ministro me ha dicho que en la audiencia de mañana le van a expulsar. Dumbledore logro que no lo expulsaran de inmediato – Maldito viejo. - Crabbe y Malfoy padres comentaban sin ninguna precaución en medio de la calle en el callejón Diagon. La reacción de la rubia fue correr hacia el interior del banco, no se detuvo hasta que entro en la oficina que compartía con Bill y para su decepción este aun no había llegado. Había olvidado por completo que le había dicho el día anterior que no estaría en la mañana.

Fleur tuvo que pasar toda la mañana en medio de sus habituales papeles pensando en como podía ayudar a su amigo. Fleur y Harry eran amigos, o al menos eso pensaba ella, al fin de cuentas el había salvado a su hermanita en el lago y sin importar que fueron rivales en el torneo de los tres magos, Harry siempre le dedicó una sonrisa. Acababa de caer en cuenta que al igual que Bill, Harry tampoco mostró signos de ser susceptible a sus encantos naturales, su timidez y su pena parecían naturales en el.

Sin darse cuenta, Fleur se había sorprendido a si misma pensando de nuevo en Bill. Increíblemente cada que intentaba pensar en su supuesto novio Bastien Tricheriecu un famoso mago de Francia sin quererlo terminaba pensando en Bill, lo extraño era que recordaba las palabras de su hermanita en la nota y le daba rabia, pero terminaba sonriendo pensando en cosas de trabajo y en su jefe. - Vamos Fleur Qu'est-ce qui se passe?.

Bill estaba teniendo un día agitado, había tenido que des hacer varios hechizos en un zona apartada de el país y se había complicado más de lo que pensaba, había almorzado en Grimmauld place junto a su padres y el resto de la familia y había regresado al trabajo. Cuando llegó a la oficina se encontró con una nota doblada en su escritorio, extrañado la tomó y la leyó, para su sorpresa era una nota de Fleur, como no había alcanzado a verle debido a su horario le dejo una nota.

"Hola Bill, perdón por el atrevimiento pero apenas me enteré de lo que le pasa a Harry Potter, se que Ronald es su mejor amigo y es hermano tuyo. ¿podrías decirme como está? ¿hay alguna forma de ayudarle? De nuevo disculpas

Fleur"

El pelirrojo sonrió al leer varias veces la nota, al parecer la rubia con quien trabajaba no tenia problemas para escribir su idioma pero si para hablarlo. ¿Por que era eso tan importante para el? Al terminar el día, el pelirrojo había decidido visitar a Brigitte, pensando en algún plan para relajarse.

Bill había decidido tomar un apartamento en Londres desde que había regresado al país, el necesitaba un poco de privacidad y con su numerosa familia le era imposible conseguirla, por la madriguera o Grimmauld Place solo pasaba para las comidas y las reuniones de la orden. Era viernes, Brigitte había quedado de pasar por el pequeño apartamento del pelirrojo una vez terminara unos trabajos de sus estudios. Bill tenia la extraña costumbre de su padre de recolectar cachivaches muggles aunque en su caso, solo los que sabia utilizar y le gustaban, como en el caso de un televisor, un refrigerador e incluso un teléfono.

Había aprendido que si quería vivir en un vecindario muggle debía guardar las apariencias pero sobre todo, esos aparatos eran muy divertidos y útiles, el otro día había decidido comprar un DVD, un extraño aparatito al que le insertaba unas rueditas y por el cual, conectado al televisor podía ver películas, según el muggle del almacén donde lo compró, apenas hacia un año que estos aparatos habían salido al mercado así que eran la novedad. Bill tenía varias películas listas para ver con Brigitte aquella noche. Tanto el como la orden estaban más relajados ahora que a Harry Potter le habían permito seguir con sus estudios y le habían exonerado de todos los cargos, aun tenían que averiguar como habían llegado esos dementores hasta ese lugar.

Fleur acababa de llegar a su casa, había salido de compras pues necesitaba surtir su casa de comida, afortunadamente, en la esquina de su nuevo apartamento había un pequeño supermercado en el que podía conseguir todo lo que necesitaba, incluso había comprado un par de revistas con recetas de comida muggle ya que no se le daba bien cocinar ni con magia ni sin ella pero se había propuesto a intentarlo. Aquella noche el helado reinaba en su casa, era el momento de pasar el duelo por su relación terminada, era el momento de dejar de pensar en su novio francés que según su hermana apenas ella había partido a Inglaterra, él había empezado a salir con otra chica que ademas era de las mejores amigas de la rubia.

- Hola Bill, lo siento mucho, no podré pasar por tu casa este fin de semana, mi mamá tuvo un accidente y debo viajar hasta Glasgow apenas cuelgue. Lo siento, quería verte nos vemos en otro momento. - No te preocupes Bri, que se mejore tu mamá.

Bill colgó el teléfono con la desilusión a flor de piel, esperaba pasar un fin de semana relajado y movido con Brigitte y ahora pasaría un relajado pero aburrido fin de semana en su casa.