¿y si me duelen la palomitas de maíz?

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Fleur se encontraba en su apartamento aunque su mente estuviera en otra parte. Hacía poco le había enviado a Dumbledore un patronus corporeo y parlanchin como ella les decía. Ella misma estaba sorprendida de ver lo fácil que fue hacerlo y más aún, después de que un fénix apareciera en medio de su sala felicitándola por lograrlo de tan buena forma y explicándole que los recados que debía entregar en Francia debía recogerlos en el sitio habitual al siguiente día al medio día.

Por primera vez en toda su vida Fleur Isabelle Delacour no sabia que ponerse. Había quedado de verse a las ocho de la noche con Bill para la tan esperada y aplazada noche de películas y palomitas de maíz, fuera lo que fuera eso. Era la primera vez que necesitaba vestirse para conquistar a un hombre y se encontraba en la extraña posición de no saber exactamente como hacerlo, no quería parecer recatada, tampoco atrevida pero si quería verse sexy y seria. La idea era que Bill no tuviera ojos para nada más que para ella, quería enamorarlo y dejar en su mente alguna imagen que le hiciera imposible de olvidar durante las vacaciones.

Había decidido por una blusa verde esmeralda que contrastaba con el color de su piel, tenia la espalda descubierta y se ceñía al cuerpo en su pecho y cadera. Además, quedaba bien con un par de vaqueros. En esta ocasión un pantalón negro de dril ajustado a sus piernas que resaltaba junto a la blusa las curvas de la chica había sido el elegido.

A las 8 de la noche como lo habían planeado Fleur se apareció en el oscuro callejón a la vuelta del edifico donde Bill le esperaba, iba cubierta por un grueso abrigo para protegerse del frio que ya hacía en toda la ciudad, pasó por un lado de un par de hombres que intentaron acercarse pero no tuvieron tiempo de hacer algo pues Fleur ingresó al edifico, tomó el ascensor y subió. Tocó la puerta, pasaron un par de minutos hasta que Bill con una sonrisa le abrió la puerta y la invitó a seguir.

Se notaba que el pelirrojo también se había esmerado por arreglarse un poco más de lo normal. Vestía una camisa blanca mas fresca que lo que el clima de la ciudad permitía que permita remarcar un cuidado cuerpo, la acompañaba con un pantalón que parecía colgar de su cintura y lo hacía ver sexy. El interior de la casa estaba cálido, seguramente algún hechizo mantenía la temperatura en un nivel más que agradable.

- ¿Te pasa algo? Te noto distraída.

- no, es solo que no espegaba haceg nada de esto. ¿y si me duelen la palomitas de maíz? - Bill soltó una carcajada y le ofreció una mano a la chica, cerraron la puerta y la acompañó hasta el sofá.

- no te preocupes, las palomitas de maíz es algo que se come, los muggles las utilizan cuando ven películas y eso haremos hoy. ¡Mira! se trata de esto. - Bill movió su varita y un cuenco voló desde la mesa de la cocina hasta sus manos. - Solo relajate. - Bill le pasó el tazón mientras el movía un aparato y mas cachivaches muggles como todo un experto. - Quieres escoger lo que vamos a ver o lo dejas a mi criterio.

- Crego que mejog decide tu. - La chica estaba un poco nerviosa. Bill escogió una y la puso.

Había pasado una hora, la película iba por la mitad. Bill sonría viendo la actitud de la chica a su lado. Una vez empezó la película se sorprendió y no pudo dejar de ver a la pantalla, saltaba, suspiraba, se excitaba, al parecer estaba encantada. Bill le ofrecía palomitas que devoraba como loca, no podía creer lo bien que se la pasaba y lo sencilla e impresionable que era.

Al poco tiempo la película terminó, Fleur empezó a preguntar cosas, a hablar de lo que acababa de ver y de las palomitas. En medio de la conversación Fleur se acercó peligrosamente a Bill y este pudo notar como la blusa hacía que sus pechos se marcaran, intento apartar su vista antes de que fuera sorprendido por la chica pero fue en vano. Fleur notó como la miraba y se levantó de la forma mas seductora posible, caminó por en frente del chico moviendo sus caderas, Bill la observaba muy detalladamente. De verdad que la rubia se veía espectacular y la piel expuesta en la espalda pedía a gritos ser tocada y Bill estaba deseoso de complacer ese pedido. La rubia camino hasta el aparato y como pudo lo apagó, miró fijamente al chico y camino de frente a el.

- No más peliculas y palometos de maiz, ahoga quiego haceg algo diferente. - tomo a Bill con sus manos y lo beso de una forma en que jamas lo había hecho hasta ese momento, estaba utilizando conscientemente todo su poder de veela, Bill no pudo soportar y se perdió en ese beso.

Bill y Fleur, hechos el uno para la otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora