¿Pog que no te quedas?

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Hogsmeade era el único pueblo totalmente mágico del Reino Unido, era el único lugar ademas del Callejón Diagon en el que los magos y las brujas aparecían sin temores de ser vistos por muggles en las calles. Todos los establecimientos del comercio tenían que ver con magia y en todas las casas vivía un mago o una bruja. En Hogsmeade había una oficina del departamento de seguridad mágica en la que mantenían algunos aurores, la presencia de personal del ministerio era normal aunque nunca necesaria. En Hogsmeade era común ver a todos los profesores de Hogwarts y en algunas épocas a todos los estudiantes de grados superiores del colegio de magia y hechicería del país. En aquel pueblo también se encuentra la estación de tren que conecta a Londres con el colegio. Por estas razones cuando un pelirrojo y una chica rubia aparecieron en mitad de la calle nadie lo notó, no fue sino que empezaran a caminar para que algunos magos se sintieran atraídos por la magia de veela de Fleur, Bill notó esta situación y actuó de forma rápida.

- Dame la mano. Vamos a desaparecer de aquí ahora mismo. - Fleur sin entender tomó la mano, había decidido confiar en aquel pelirrojo.

En el momento en que tocó la mano de Bill sintió la sensación de ser succionada desde el estomago. En el mismo instante Fleur vio como habían aparecido no muy lejos de donde se encontraban antes, solo que ahora estaban dentro de los terrenos de la casa de los gritos y lejos de las miradas curiosas.

- ¿Me poguias explicag pog que hiciste eso?

- Por que la primera vez aparecimos muy lejos de aquí y muchos magos de las tabernas empezaron a mirar y no me gusto. - Fleur sintió una alegría inmensa cuando escucho eso.

- "Esta celoso, Bill está celoso" Pego no impogta que nos viegan.

- Claro que importa Fleur se supone que no pueden saber que estamos aquí, venimos a algo de la orden. - Fleur siguió sonriendo, para ella era claro que Bill estaba celoso de que otros hombres la miraran, debía reconocer que no iba vestida de la forma mas apropiada para estar allí y que le era imposible controlar sus poderes naturales de Veela.

- Ya niños dejen de discutir. - Bill y Fleur voltearon a mirar, desde la puerta de la casa de los gritos Kingsley los miraba divertido.

- Pasen, antes de que algún curioso pase por el camino.

La pareja entró en la casa seguidos por Kingsley que una vez adentro realizo el hechizo que cerraba mágicamente la puerta como la ultima vez que Fleur estuvo en aquel lugar.

- Me pareció entender que Dumbledore te dijo que nadie se podía enterar que te habías unido a la orden. - Kingsley ya un poco serio miraba a la novata de la orden y a Bill de pie en medio de la mullida sala.

- Pego si Bill no sabia nada, se entego pog que.

- Tranquilo Kingsley, yo mismo hablare con Dumbledore, no es culpa de Fleur que hubiéramos estado juntos cuando enviaste el patronus.

Kingsley pareció divertirse con la situación y pasó de largo el hecho.. Estaba seguro que Dumbledore tenía algo que ver en todo esto pues él mismo le había pedido que enviara el patronus en aquel momento y a Albus Dumbledore nunca se le escapa nada.

- Bueno Fleur para empezar quiero que repitas estas palabras ¡Expecto patronum!

- ¡Expecto Patrognum! - Debes pronunciarlo bien. Se que te es difícil pero debes hacerlo.

Fleur intento pronunciar bien el hechizo durante algunos minutos hasta casi desesperarse

– No puedo, nunca he tenido problemas con los hechizos. Estoy muy negviosa.

- Relajate Fleur, es uno de los encantamientos mas difíciles de realizar y solo se de alguien que lo hizo al primer intento y se trata nada menos que de la profesora Minerva McGonagall en Hogwarts.

- Kingsley, Fleur tengo una idea – Bill había hablado desde el sofá en que estaba sentado, durante casi una hora no había intervenido para nada.

- Fleur, se que eres una bruja excepcional. Kingsley por que no pasas a la segunda lección y Fleur que intente decir las palabras del encantamiento en la mente. La he visto hacer hechizos no verbales muy poderosos.

- Buena idea Bill ¿Que piensa Fleur? - La chica asintió con la cabeza, la verdad es que ella era completamente capaz de realizar cualquier hechizo, nunca había tenido problemas con ello pero estaba nerviosa como nunca.

- Esta bien Fleur, debes dejar tu varita en posición horizontal, de esta forma – Kingsley mostró a Fleur como debía sostener la varita y después de un par de intentos decidió que era hora de intentar realizar el hechizo.

- Bien Fleur ahora quiero que te concentres en un recuerdo feliz, el recuerdo más feliz que tengas y pronuncies en tu mente el hechizo.

Fleur lo intento durante algunos minutos, en su ultimo intento logro que algunas chispas plateadas salieran de su varita pero fueron suficientes para que la joven rubia terminara agotada.

- Creo que debemos dejar por hoy, lo has hecho bien Fleur pero es hora de descansar, nos vemos el próximo domingo a las seis de la mañana aquí mismo, recuerda que nadie a parte de Bill, Dumbledore y yo sabemos que eres de la orden. Nos vemos muchachos. - Kingsley abrió la puerta y salieron, Bill y Fleur desaparecieron camino a la casa del chico.

- Parece que hemos tardado más de lo que deberíamos y debes estar cansada ¿Por que no vamos a caminar para que te relajes? - Fleur fue tomada por sorpresa por la petición del pelirrojo, de verdad se sentía cansada, no física sino mentalmente. Aceptó realizar el paseo, de todas maneras aquel día era para pedir disculpas por su actitud en la noche anterior.

Caminaron durante dos horas, antes de partir habían pasado por el apartamento en que vivía la francesa, la ropa que llevaba no era adecuada para el clima que hacia por las calles y debía cambiarse.

Caminaron de la mano, sonriendo y hablando, el único temor de Fleur era afrontar su nuevo puesto de trabajo al siguiente día, seria difícil no poder interactuar de esta forma con Bill.

- Te noto muy callada ¿Te pasa algo? - Bill como todo un caballero estaba preocupado por la actitud distante de la rubia durante su trayecto de regreso a casa y esto le encantaba a ella.


- No, solo estoy pensando en mañana, paga mi sega un nuevo comienzo, no estoy seguga de podeg sopogtag todo el día sin podeg tomagte de la mano después de estag todo el día de hoy haciéndolo. Además ¿que pensagan mis compañegos? - Bill sonrió ante ese comentario, el estaba pensando en exactamente lo mismo pero ya había ideado un plan.

- Estaba pensando en lo mismo. Mi papá me enseñó que uno debe separar el trabajo de..... - Bill iba a decir sentimientos pero decidió cambiar la palabra. - ....... otras situaciones y evitar mezclarlas en lo posible. Debo confesar que para mi también será difícil no poder estrechar tus manos durante todo un día pero creo que por el bien de la Orden y por cuidar las apariencias debemos hacerlo, de antemano te pido disculpas por como actuaré mañana. - Fleur se separó un poco del brazo del pelirrojo y lo miró a la cara, justo acababan de llegar a la puerta de su apartamento.

- ¿A que te gefiegues?

- Pues que mañana durante nuestra jornada de trabajo seré el hostil y mandon que suelo ser en el trabajo, solo por que ahora nos llevemos bien no quiere decir que te trataré diferente en el trabajo y si tengo que regañarte o corregirte lo haré como siempre lo he hecho contigo. - Bill miro a Fleur esperando que se molestara pero la chica solo sonrió, se volteó abrió la puerta de su casa y volvió a mirarlo.

- No te preocupes, lo entiendo pegfectamente, pego te asegugo que no tendrás que haceglo. - Durante una milésima de segundo Fleur dudó en hacer lo que pasaba por su mente pero al fin pudo su carácter, estiró los brazos para alcanzar a Bill que la miraba atónito, antes de que el pudiera responder lo rodeo por su cuello, acercó su cabeza y junto sus labios a los del chico que no supo como responder.

- ¿Pog que no te quedas?

Bill y Fleur, hechos el uno para la otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora