Cartas y ataques de serpientes

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Querido Bill, esta semana que he pasado con mi familia ha sido maravillosa, extrañaba demasiado a mi hermanita aunque me duele aceptar, que siento que estoy extrañándote más a ti, aunque eso no se lo puedo decir a ella. Lo que si le he contado es todo lo que pasó durante el tiempo que estuve en Londres y eso te incluye. Al principio se molesto mucho por como me tratabas y ahora quiere conocerte. Espero no te molestes por hablar de ti. Ya quiero regresar para verte. Te quiere Fleur.

Bill acababa de recibir aquella nota con Hibou la lechuza de la francesa, aun faltaban un par de días para que los chicos volvieran del colegio y en Grimmauld Place todo estaba muy calmado. A decir verdad el también extrañaba endemoniadamente a Fleur, estaba escribiendo una carta para enviarla de regreso con la lechuza una vez le diera un poco de agua y comida. Durante la ultima semana el pelirrojo se la había pasado entre deberes para la Orden y tiempo con su madre en casa.

Tres días antes cuando visitaba su casa se había llevado una sorpresa al encontrarse pegado a su puerta un papel de parte de Brigitte en la que le invitaba a comer en casa y dejaba notar la intención que tenia la morena de acostarse con el como siempre lo habían hecho. Bill decidió aceptar la invitación solo para tener la oportunidad de aclarar las cosas con la chica y decirle que ya no podrían seguir con esa rutina ya que ahora el tenia pareja. Tomó el teléfono y acordaron reunirse el sábado siguiente, justo antes del día de navidad.

Querida Fleur, es increíble pero también te extraño y no puedo dejar de pensarte. Acabo de darme cuenta que soy pésimo con este tipo de notas, esta es la cuarta vez que empiezo a escribir y desecho el pergamino. Te quiero contar que una chica muggle con quien salia me ha dejado una nota en el apartamento pidiéndome una cita y he aceptado, quiero dejarle las cosas claras y decirle que ahora estoy contigo. ¿Debo decirte esto? Estoy seguro que no pero algo me dice que lo haga, me veré con ella este fin de semana, justo antes de que lleguen los chicos desde el colegio.

Fleur acababa de recibir y leer la carta del pelirrojo y por primera vez sentía celos, esta nueva sensación era extraña para ella. Pensaba que cuando se enteró de que su ex novio francés no había esperado a que ella se terminara de acomodar en Londres y ya andaba con otras chicas habían sido celos pero no, eso no se comparaba con la extraña sensación que ahora sentía. Lo pensó durante toda la noche, se debatía entre viajar de imprevisto a Londres y aparecer en el apartamento de Bill, entre confiar y no pensar nada, entre enviar un patronus aunque esta ultima idea la desechó pues no estaba segura de poder enviar uno en tanta distancia.

Fleur decidió contarle a su hermana y expresarle lo que sentía, para ambas era desconocido aquel tema pues tenían el poder de hacerse desear y normalmente eran las causantes de los celos entre sus amigas.

Llegó el fin de semana, Bill se preparaba para reunirse con Brigitte. Estaba ansioso por como se iba a sentir y sobre todo por el que le iba a decir a la morena, el pelirrojo se encontraba en su habitación, en su apartamento y caminaba de un lado para otro pensativo. Nada en aquella habitación podía sacarlo de su ensimismamiento, solo una luz que se materializo encima de la cama logró sorprenderlo haciendo que mirara directamente hacia ese punto. La luz se transformó en un perro y la vos de Sirius retumbo en la habitación.

- Arthur ha tenido un accidente en el ministerio, están trasladándolo a San Mungo justo ahora, no se más pero según me alcanzó a decir Kingsley cuando vino a decirle a Molly, Harry fue quien se enteró. No tardes. - El perro desapareció junto con la luz y sin pensarlo dos Bill comenzó a vestirse, debía, no, más bien necesitaba trasladarse urgentemente al hospital o a Grimmauld Place, su padre estaba en peligro.

En medio de la calle una joven rubia se materializó de la nada, nadie lo noto, nadie la vio. Fleur comenzó recorrer lo que la separaba desde aquel lugar hasta el apartamento del pelirrojo, aun no sabia que le iba decir pero sentía que debía estar allí. Fleur caminaba rápidamente sin fijarse por donde iba y por eso no notó cuando la persona que venia en dirección contraria y se estrelló.

- Pego que.......... - Antes de que pudiera renegar y sacar su varita notó que justo la persona quien iba a visitar era con quien se había estrellado, su corazón comenzó a latir rápidamente pero se abstuvo de decir algo ya que notó la angustia en la cara del chico, su chico, tuvo la necesidad de lanzarse encima suyo y abrazarle pero decidió esperar. - ¿Que te pasa Bill? Veo en tu caga que esta pensativo. - El pelirrojo se alegró de ver a la rubia, se levantó y antes de que ella reaccionara la abrazó.

Bill y Fleur, hechos el uno para la otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora