A la espera del anuncio

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Fleur miraba el anillo que llevaba en su mano mientras Gabrielle sonreía dichosa. Aquella mañana cuando las hermanas Delacour se levantaron no imaginaron que a media mañana sus planes cambiaran tanto. Fleur le había pedido unos minutos a Bill para hablar con su hermana, ahora ambas chicas debían hacer planes por separado pues la menor de las rubias iría a su cita con los compañeros mientras la mayor caminaría un poco más con su novio, ahora prometido, para tratar de organizar asuntos importantes como la forma y el momento de darle la noticia a los padres de la chica pero sobre todo, de hacerlo saber a los padres del pelirrojo.

Gabrielle partió hacia Nice mientras Bill y Fleur siguieron caminando.

- ¿Cuándo le vamos a decir a tus padres?

- Si guiegues podemos decigles ahoga mismo. Papá esta en casa descansado, además, yo le he hablado mucho de ti últimamente.

Bill lo pensó durante algunos minutos, la perspectiva de afrontar esa incomoda pero necesaria reunión tan pronto no le agradaba pero era una de las cosas que debía hacer si quería estar con su querida francesa.

- ¿Qué te parece si caminamos un poco, vamos a algún lugar y más rato hablamos con tus padres?

En ese momento el estómago de Bill como buen Weasley rugió pues no había desayunado aún. Esto hizo que Fleur se sobresaltara con una sonrisa. Al fin de cuentas ya sabía que su chico era un comelón.

- Quego que estoy de acuegdo, ahogamismo tengo en mente un buen sitio donde prepagan unos suffles deliciosos.

Fleur tomó al pelirrojo de la mano y desapareció camino al Allé Box desde donde ingresaron al París muggle buscando aquel sitio.

Gabrielle acaba de entrar a su casa, las nuevas noticias debían ser compartidas con su madre. Las dos mujeres llevaban esperando juntas en secreto el momento en que algún chico lograra conquistar el corazón de Fleur. Por esta razón, en vez de desaparecer camino a Nice lo hizo hasta un poco más lejos de donde había dejado a su hermana para después ir a casa. Las dos mujeres estaban alegres y en secreto comenzaron a preparar la habitación donde hospedarían al próximo miembro político de su familia pues Apolline Delacour quería conocerle mejor y entablar una buena amistad, al fin de cuentas ella respetaba siempre las decisiones de su hija. Después, seguirían con la cena.

Eran casi las cuatro de la tarde cuando la pareja de enamorados regresaba caminando a casa. Fleur le había enseñado el vecindario a su chico después de comer y llevarlo a conocer algunos lugares. El plan había sido improvisado y de afán, sin detenerse en algún lugar concreto aunque lo desearan. Habían aprovechado el tiempo para hablar y cuadrar algunos asuntos que seguramente la familia de la chica les preguntaría. Era el momento de afrontar la situación. De la mano cruzaron el porche de la puerta de la hermosa casa Delacour.

Bill estaba sorprendido por lo que veía. La casa de los Delacour estaba construida en un material que parece madera y aunque todas las cosas de aquel exclusivo sector eran bellas y se encontraban limpias sin contar con la nieve que por aquella época les cubría, la casa Delacour estaba impecable, como si tuviera algún hechizo para hacerla majestuosa, estaba rodeada de setos de árboles de al menos dos metros de altura que impedían la vista de curiosos desde el exterior, al parecer era una precaución tomada por el dueño de la casa ya que eran los únicos magos en kilómetros y debían apartar los curiosos ojos muggles de sus cosas. De no ser porque Bill sabía que esa era la casa de Fleur porque ella se lo acababa de decir y por qué estaban entrando en aquel momento, nunca hubiera imaginado que era la casa de una familia de magos.

Fleur sacó un juego de llaves de su pequeño bolso para abrir la puerta. - No podemos usag magia por que los vecinos poguian vegnos. Le explico a Bill sin que este tuviera intención de preguntar. Entraron a la casa donde fueron recibidos por la hermosa sala de estar con varios cojines en vez de asientos.

- Mamá, ya llegué. ¡Ha! Sospeche que estaba acá - Fleur llamó a su madre una vez cerró la puerta y no ser sorprendió cuando su hermana salía sonriente de la cocina seguida de su madre.

- Mamá quiego que conozcas a William aunque le puedes decig Bill, es de quien les he estado hablando todos estos días.

Apolline Delacour nunca había visto aquella expresión en su hija y eso la hacía muy feliz. Amablemente se presentó con el chico y le dijo que estaba invitado a quedarse algunos días y que esa noche sería el invitado para la cena. El señor Delacour bajaba en ese momento por las escaleras con una sonrisa, se presentó con el chico a quien Fleur le presentó como su novio del que tanto les hablaba y al igual que su esposa le invito a que pasara algunos días en su casa. Ahora la pareja debía buscar un espacio durante la cena para contarles las nuevas noticias a sus padres. Lo que no sabían era que los esposos Delacour ya sabían de su compromiso, Apolline lo sabía por su hija y el señor Delacour por pura coincidencia, estaba de pie al otro lado de la puerta de su habitación cuando su hija menor y su esposa conversaban dentro.

La familia entera solo esperaba el anuncio.

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¡Hola! me encantaría que me dejaran comentarios sobre como va la historia y sobre que piensan que pasará. Ya casi llegamos a la boda así que poco a poco se nos va terminando la historía pues la terminaré justo donde arranca la historia en el Principe Mestizo.

Bill y Fleur, hechos el uno para la otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora