Cocinando, durmiendo y lencería francesa

989 50 1
                                    



- Bonjour Bill – Bill se sorprendió cuando escuchó la voz de la persona en quien pensaba en ese momento. El pelirrojo se detuvo y miro hacia donde provenía la voz, giró su cabeza a la derecha y se encontró con Fleur ligeramente sudada por el deporte pero con una sonrisa que opacaba el sol.

- Hola Fleur, que coincidencia encontrarte de nuevo por aquí. - "¿Donde quedó su hostilidad? Nunca me había tratado de forma tan amable". Fleur no podía creer la amabilidad del pelirrojo, se demoró unos segundos en reaccionar y cuando lo hizo, el pelirrojo ya había empezado a caminar

- "Una cabeza hueca, siempre lo he dicho".

- ¡Oye espegame!. Pegdón es que no supe como reaccionar, attendez une minute. - Fleur corrió los pocos metros que el chico había caminado.

- Queguia dagte la gracias, ayeg me llegó la noticia del nuevo empleo. - La chica se acerco a Bill que no se movía del lugar y le besó en la mejilla.

Un corrientazo, eso era lo que ambos habían sentido cuando la chica puso sus labios en la mejilla del pelirrojo. Un muggle habría dicho que era una sobre carga de estática pero las brujas y magos no conocían de esas cosas.

- Pegdoname no queguia molestagte y no se que pasó.

- No te preocupes Fleur, fue extraño lo que pasó pero esta bien, no pasa nada.

- Que te paguese si como compensación y en modo de agradecimiento pog lo del empleo me aceptas una invitación a cenar. - Ninguno de los dos sabía que era lo que habían sentido pero ambos estaban aterrados, jamas les había sucedido con alguien algo parecido.

Fleur en un principio había pensado en invitar al chico a un almuerzo en su pequeña casa. Después de verlo había notado la cara de cansancio que tenia y asumió que se había pasado la noche trabajando para la orden. Por eso decidió mejor una cena pues así le daría tiempo de descansar.

- Pues suena tentador pero no pude dormir y no tengo sueño, si me acuesto ahora quizá no me despierte hasta mañana y no me gusta quedar mal.

- Bueno pues que te paguese si vamos ahoga almogzamos y después te vas a descansag. - Bill lo pensó un momento, de verdad quería solo despejarse y caminar, por otro lado muy en el fondo estaba feliz de ver a la rubia y algo le decía que aceptará la propuesta, de todas maneras, si no le gustaba el plan solo debía desaparecer camino a su casa.

- Esta bien, acepto pero de antemano me disculpo si me quedo dormido, de verdad estoy un poco cansado. "¿Por que dije eso? Que me está pasando, ni loco me quedaría dormido en su casa, primero desaparecería camino a mi casa o a Grimmauld Place " - Bill no entendía por que había dicho espontáneamente eso, mientras pensaba en ello, Fleur sonreía sin que el lo notara.

- Buenó pues mi casa está cegca, si queigues podemós caminá o podemos buscar un lugar donde apaguecegnos.

- No, quiero caminar y no creo que pueda soportar una aparición, caminemos y mientras tanto me puedes contar cosas sobre ti. - Fleur empezó a caminar pero estaba en Shock, jamás se habría imaginado que Bill era así de amable, quizá no tenia energías para mostrar la mascara de rudo que mantenía. Durante algunos pasos se quedó en silencio hasta que recordó que en casa no tenia nada para cocinar.

- ¿podemos pasar por algún lugar donde pueda comprag algunos vivegues? Acabo de guecordag que no tengo nada en casa. - La rubia pensó que la furia del chico aparecería de nuevo pero por el contrario aceptó pasar primero por algún mercado. Bill la guió hasta un lugar donde sabia vendían muy buenas cosas y a muy buen precio que estaba seguro Fleur no conocía.

Bill y Fleur, hechos el uno para la otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora