Narra Roberto
Fiestas.
Todo aquel que tenga hijos debe saber como cambia el significado de esa palabra.Cambiar el alcohol por jugos de sabores.
La música del año queda en el cajón para las mañanitas infantiles.
A las ocho ya todos están en su casa.
Y NUNCA OLVIDES EL REGALO.Pero a pesar de todo eso uno les empieza a encontrar la gracia, tanto así que se convierten en tu estilo de vida.
El cumpleaños número once de Lisa cayó en miércoles, pero su fiesta se recorrió al domingo. Hay buenas razones para eso.
La primera es que así no tiene que faltar al colegio, cosa que disfruta bastante. A mí también me encantaba, supongo que lo heredó, pero mi madre me dejaba hasta la puerta siempre. Bueno, al menos mientras vivió. Mi padre era más confiado, pero uno no se atrevía a faltar con él enfrente. El hombre imponía, todo tengo que decirlo.
La segunda razón no era tan divertida como la primera, en realidad era todo lo contrario, me resulta bastante agridulce.
Pero para que puedan entender la magnitud de todo, empezaré a contar desde un poco antes.
Nunca fui un chico listo.
Tampoco un hombre del que se hablara mucho.
Era yo solamente, no me preocupaba el que dirán, ni tampoco mi futuro. Uno sabe que los años llegarán, pero parecen bastante lejanos.Quería vivir la vida como si me estuvieran persiguiendo, después me di cuenta que no había tanta prisa.
La vida se te va en un segundo.
Conocí a Azul en un concierto con tan sólo dieciocho años. A mitad dejé de prestar atención a los músicos para concentrarme en ella, mirarla era un espectáculo y yo no me cansaba de presenciarlo.
Describirla sería minimizar su grandeza, era sorpresa y pasión caminando.
Amaba la vida y la vida la amaba a ella.
Sabía como ser ella sin temor, reía a carcajadas cuando le nacía, hacía locuras sin pensar en el qué dirán y me invitaba hacerlas. Estar con ella era vivir, era aventurarse sin límites y mi patética vida encontró en ella mi única motivación.
¿Merecía yo una mujer como ella? No, claro que no lo hacía, pero me esforzaba por hacerlo.
Hubiera dado mi vida por seguir viéndola recostada en el césped, por verla bailar entre la lluvia. Todo de ella merecía un reconocimiento. La adoraba, la amaba más de lo que alguien debería amar.
Mi sueño, mi único punto era tener una familia con ella. Acostumbraba decir que sería nuestro final feliz. Y lo fue. Azul murió al dar a luz una noche hace once años y con ella se me fue todo el valor.
El día anterior era el hombre más feliz del mundo. Tenía la esposa más maravillosa, venía en camino Lisa y juntos formaríamos la familia que siempre quise, la que nunca tuve.
Al día siguiente estaba enterrando con ella todas esas esperanzas, tenía sobre mí una gran responsabilidad. Debía criar a un bebé sólo. Para mí el mundo se me vino encima, pero Lisa lo mantuvo en órbita, lo sigue haciendo hasta hoy.
Las cosas caminaron, a paso lento y torpe, pero no se detuvieron. La vida no se detiene por nadie, no importa cuanto sufras, esta seguirá avanzando y lo único que queda es seguirle el paso.
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Querida novia de papá
RomanceTener diez años no es fácil. Compartir a tu padre todas las semanas con un remplazo del recuerdo de mamá, tampoco lo es. He visto cientos de caras pasar por la puerta, pero puedo contar con los dedos de las manos las que lograron hacerlo más de dos...