¡Alerta!
Wattpad últimamente tiene problemas para notificar los capítulos. Agradecería revisaras si ya leíste los anteriores ❤.Narra Angélica
Dudé un rato antes de visitar a Roberto y Lisa ya que no me habían llamado, pero supuse que nada pasaría si yo tomaba la iniciativa.
Llegué a su departamento como pasado el mediodía. Bajé del elevador con una gran sonrisa, de esas que nacen sin que te lo propongas y toqué a la puerta esperando encontrarme con la misma expresión en el rostro de Roberto.
Pero fue todo lo contrario.
Creo que nunca lo había visto tan mal. Tenía una expresión de desagrado que me asustó... ¿No quería verme?—Oh, Angélica, pasa —dijo poco convencido haciéndose a un lado.
Terminé accediendo a dar un paso adentro, pero no me sentí cómoda. ¿Por qué se comportaba así, no le alegrara tenerme ahí? ¿Se había arrepentido?
—¿Pasa algo? ¿No querías que viniera? Sino me esperabas me puedo ir —propuse con sinceridad tratando de ser cautelosa—, puedo venir otro día si quieres... o no venir nunca, pero siendo sincera esa última opción no me agrada mucho. Es decir, ayer estábamos bien, pero las cosas cambian de un día a otro...
Odiaba enredarme con las palabras, soltar todo tal cual lo pensaba, pero era impaciente cuando sentía que algo fallaba.
—No, no, no lo malinterpretes. Estoy algo tenso. Las cosas no están bien —soltó inquieto—, están pésimas, no pueden estar peor.
—¿Le sucedió algo a Lisa? —pregunté porque su expresión me anunciaba algo de tal magnitud.
Roberto pasó sus manos por su rostro y caminó en círculos como si buscara las palabras. Tenía que ponerle un freno o terminaría haciendo un agujero en el suelo.
—Roberto...
—Necesito que veas algo —pidió después de pensárselo, y accedí.
🔹🔸🔹🔸
Roberto me guió por el corto pasillo que dividía las habitaciones, me estaba poniendo nerviosa con sus pasos lentos y medidos.
Nos detuvimos en la puerta de Lisa, suspiró antes de girar la perilla, pero me pareció que arrepintió de último momento porque volvió a darme la cara como tratando de decir algo de nuevo.
—Me estoy poniendo ansiosa —comenté antes de entrar.
Y creo que me costó asimilar lo qué estaba pasando, y sobre todo cómo estaba pasando.
Me horrorizó la imagen que se presentó ante mí y no sólo eso, además rompió parte de mi corazón.Busqué la mirada de Lisa, pero aquello en lugar de darme valor produjo lo contrario. Estaba llorando, llorando como en ninguna vez la había visto. Sus ojos estaban rojos e hinchados, tenía las manos entrelazadas y la mirada baja. Me recordó el día que acabamos en la oficina de la secundaria, y supe lo que significaba.
A su lado está Cecilia. Dios, tuve que hacer una pausa para acercarme. ¿Quién le había hecho algo así? Seguro un monstruo, no había otra respuesta. Me llené de rabia, de impotencia, de tristeza. Era inhumano.—¿Qué pasó? —pregunté con torpeza tratando de entender.
Nadie contestó, Matilda siguió de pie con la mirada en Roberto, Lisa lloraba y Cecilia también, y yo también traté de hallar respuestas en él, pero por la expresión que tenía supuse tampoco sabía con exactitud nada.
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Querida novia de papá
RomanceTener diez años no es fácil. Compartir a tu padre todas las semanas con un remplazo del recuerdo de mamá, tampoco lo es. He visto cientos de caras pasar por la puerta, pero puedo contar con los dedos de las manos las que lograron hacerlo más de dos...