Guerra de Familias

<Idiota Hormonal>

-¡Nicholas Alexander Thompson! ¡Bájame inmediatamente! -me apoyé en la pared del pasillo, mientras observaba cómo Nick estiraba de las piernas de Andrea, a la vez que ella se agarraba como si su vida dependiera de ello al marco de la puerta de su habitación.

Sabía que si le pedía a mi hermana amablemente que viniera a mi habitación a hablar, ella se negaría rotundamente para a continuación cerrarme la puerta en las narices. Así que he optado por la segunda opción, llevarla a la fuerza. Mi mellizo era el único de los varones que no se había encerrado en su habitación todavía, así que le pedí ayuda y aquí estamos ahora.

Me acerqué a mis hermanos y sostuve con fuerza las manos de mi hermana pequeña, para separarlas de la puerta. Cuando lo conseguí Nick se tambaleó gracias a la fuerza que había estado haciendo anteriormente, pero se recompuso y llevó a una Andrea gritona hacia mi habitación, donde nos esperaban Becky y Val, quienes también querían saber porque Andrea les había dejado de hablar.

Nick la sentó en la silla de mi escritorio y le miró fulminante -No vuelvas a llamarme por mi nombre completo -y tras decir aquello, salió por la puerta a la vez que yo la cerraba rápidamente con pestillo para que nadie pudiera salir. Me apoyé en la puerta y las tres miramos como Andrea fruncía el ceño y se cruzaba de brazos.

-Andy, acabemos con esto cuanto antes para poder estar todas bien otra vez -habló la voz suave de mi hermana mayor. -dinos por favor que es lo que te pasa con nosotras. ¿Que hemos hecho mal? -nada, no dijo nada. Pasaron dos minutos en los que ella se mantuvo en silencio mientras miraba al suelo. Pero me puse alerta cuando vi que derramaba una lágrima. Me acerqué a ella rápidamente y alcé su cabeza a la vez que limpiaba la lágrima.

-Hey, ¿que pasa? Puedes confiar en nosotras -dije pausadamente. De ella salió una risa sarcástica. Esta vez fui yo la que fruncía el ceño.

-¿Confiar en vosotras? ¿Porqué debería hacerlo? Si vosotras no lo habéis hecho -se levantó y se alejo de mí.

-¿A que te refieres? -habló por primera vez su melliza, temiendo por la respuesta.

-¿Que a que me refiero? No se, la verdad. Preguntárselo a Matthew o a Aaron -las tres palidecimos -porque, por lo que veo, estáis tan malditamente enamoradas que ya ni os molestáis en disimular. -nos miramos entre nosotras y Val volvió a hablar.

-Andy... -le interrumpió.

-No. ¿porque no pudisteis decírmelo? ¿Porque no confiáis en mi?

-Sí que confiamos en ti, pero a ti te emociona tanto la rivalidad y el hecho de odiar a los Riverwood, que pensábamos que... -me interrumpió esta vez a mi.

-¿Que pensabais? ¿Que se lo iba a contar a papa? ¿Que me iba a enfadar con vosotras? -bajé la cabeza arrepentida por haber dudado de mi hermana. -¿Porque pensáis que me gusta tanto todo esto? -no dejó tiempo a que le contestáramos, porque ella misma ya había respondido. -¡Pues porque cuando competimos es el único momento en el que puedo ver a Jaxon! -alcé la cabeza sorprendida al escuchar el nombre de uno de los hermanos de Aiden - porque por si os lo preguntáis, ¡Sí! El me gusta, me gusta mucho. Pero vosotras eso no lo sabías porque me habéis excluido totalmente de estos temas.

-¿Te gusta Jaxon? ¿Pero que clase de maldición tenemos nosotras? ¿Como puede ser que a todas nos guste un varón Riverwood? -preguntó al aire la mayor de las mellizas. Yo fruncí el ceño otra vez. Pero no dije nada. -bueno pero aún así, lo siento mucho, no quería excluirte de esto, eres mi otra mitad (porque Crawford no da para mucho) -las dos rieron - espero que tu seas menos tímida en estos temas porqué sino lo vas a tener tan difícil como yo.

-Yo espero que Jaxon no sea tan lento como Aaron, porque madre mía, ese chico no sabe avanzar -habló la mayor de las cuatro. Sonreí burlonamente mientras me sentaba en la silla y la acercaba a la cama donde estaban las tres.