Confesiones

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Cuando dije que iba a ganar a un idiota, lo dije en serio. Al final les ganamos por 15 puntos, lo que demuestra que los Thompson somos mil veces mejores que los Riverwood en el baloncesto. Solo perdimos dos partidos de ocho así que se puede decir que les pateamos sus engreídos traseros.

Hubo un partido en el que Val tuvo que jugar contra Aaron, mi hermana estaba nerviosa y distraída pero nada en comparación con su amor clandestino. El pobre chico se quedó embobado mirándola un par de veces y eso hizo que perdieran el partido.

Su padre se dio cuenta de a quién miraba y le dijo que luego hablarían en casa.

Encantada de haberte conocido Aaron Riverwood. Fue un placer y mi hermana siempre te llevará en su corazón.

Los gemelos tuvieron que jugar contra Thomas y Matthew Riverwood que volvía a jugar. Matt se saltó las reglas en un momento y casi deja tuerto a Alec. Mi mejor amigo que estaba observando todo, saltó en la defensa de mi hermano, parecía un novio sobreprotector. La verdad es que nunca lo había visto tan enfadado.

Gritó y gritó que era trampa y al final se llegó al acuerdo de que se anularía el punto. Mi familia estaba de acuerdo porque acababan de herir a sus propios genes y porque querían ganar y los Riverwood solo aceptaron con la condición de que Joe se callara por el resto del partido.

-¿Que tal ese? -negó con la cabeza a la vez que tomaba un poco de su batido -¡Venga ya Joe! Llevamos así media hora. Y no creas que te vas a librar porque me niego a rendirme.

Ahora mismo era de noche y mientras esperábamos a que la cena estuviera lista yo estaba intentando encontrarle novio a Joe.

Sí, novio.

Mi mejor amigo era abiertamente bisexual desde siempre.

El problema es que el es la persona más tozuda de la historia, ya le había señalado "discretamente" a un par de chicos y chicas, pero él siempre me contestaba que no.

-No es mi tipo princesa, parece que se alimente solamente de anabolizantes. Tus cualidades de celestina se están perdiendo. -ya, en eso tenía razón, el tipo tenía los músculos más grandes que la cabeza, ¡y solo tiene como 18 años!

-¿Porque me estás diciendo que no a todos? Había algunos que sí que valían la pena. -me quejé y me puse en posición de indio sobre el sofá.

-No me apetece estar con alguien ahora mismo. Eso es todo. -entrecerré los ojos.

-Ya, claro. -le quité el batido y bebí de él. Me miró con el ceño fruncido -¿quién es?

-¿Qué? -rodé los ojos.

-¿Quién es la persona a la que me estás ocultando?

-No estoy con nadie Paula. -Me quito de vuelta su batido y bebió de él mientras lo agarraba posesivamente.

-Desmuéstralo. -cambió su mirada a una confundida. -Demuestra que no estás con nadie. -me miró fastidiado.

-¿Como se supone que voy a hacer eso? -se me formo una sonrisa traviesa en la cara.

-Busca a una persona de está sala con la que sí tendrías algo y ve a hablarle.

-¿Que parte no has entendido de no quiero estar con nadie ahora?

-Luego si quieres puedes darle un número de teléfono falso, pero primero tienes que demostrarme que no has roto nuestro código de mejores amigos al no contarme qué estabas con alguien.

-¿Quién está con alguien? -Alec se sentó al lado de Joe y le arrebató su batido. Mi mejor amigo le miró indignado.

-¿Esque nadie puede comprarse su propio batido aquí o qué? -Mi hermano y yo le ignoramos.

Guerra de FamiliasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora