Antes que nada quiero decir que por favor leáis la nota del final.
Gracias, disfrutar del capítulo.********************
No dije nada cuando entró por mi ventana.
Tampoco lo hice cuando simplemente nos miramos a los ojos sin importar el tiempo.
No hablé cuando nos escapamos, ni cuando nos alejamos de mi casa.
Y definitivamente no dije nada durante todo el camino que recorrimos entre los árboles bajo la luz de la luna, que brillaba en todo su esplendor como si supiera que nuestras almas se volvían oscuras y quisiera iluminar lo que se había apagado.Una vez llegamos a nuestro destino, nos quedamos de pie, parados, sin saber a ciencia cierta que era lo que teníamos que hacer. ¿Qué se debía hacer en una situación así? No quería preguntarle y tampoco quería que el me preguntara. No quería decirle que me mudaría y me alejaría de el; todo lo contrario a lo que había prometido.
¿Qué se debía hacer en una situación así? No podíamos intentar racionar con mi padre, estaba claro que no funcionaría. Tampoco podíamos escaparnos, eso sería llegar a extremos y no éramos Romeo y Julieta. De hecho, éramos todo lo contrario, sí, nuestras familias eran supuestas enemigas, pero a diferencia de ellos, nosotros nos conocíamos de toda la vida y nuestros sentimientos no se crearon por un estúpido deseo a lo prohibido, no nos enamoramos a primera vista y siempre tratamos de preservar nuestro orgullo familiar. Nosotros pensamos antes de actuar, no nos dejamos llevar y por supuesto no nos íbamos a ir a mejor vida.
Esa era una cosa que odiaba de las novelas románticas, lo ilógico de ellas; y no es por cuestionar el juicio y la credibilidad de Shakespeare, pero el si que cuestionó las ganas de vivir y la inteligencia de los adolescentes, creyendo que cualquiera se habría puesto en modo mártir sin luchar por lo que realmente se quería.
Porque en ese caso, en vez de llamarse románticas, deberían catalogarlas como ficcion.Todavía sin pronunciar palabra, escalé por el lado de la estructura y me subí al techo de esta misma. Hace ya unas semanas, en un día que decidimos alejarnos del pueblo para que nadie pudiera vernos, encontramos una vía de tren oxidada y oculta entre arbustos y plantas, nos subimos a ella y seguimos el camino hasta encontrar un vagón solitario completamente abandonado.
No habría de tener más de diez años, ya que fue entonces cuando trasladaron las nuevas estaciones a donde hoy en día están operativas.Escuché como el subía a la vez que yo me tumbaba observando las estrellas que me devolvían la mirada.
-Somos bastante insignificantes comparados con ellas. -no aparté mi mirada, ni siquiera cuando se tumbó a mi lado, dispuesto a escuchar cualquier cosa que yo dijera. -Quiero decir, no somos las únicas personas en el mundo y La Tierra es uno de los planetas más pequeños en el sistema solar. Por no decir que nuestra galaxia no es la única existente. Y aún sabiendo todo eso, ¿Porque nuestros problemas parecen el centro del universo? ¿Porque parece que si no los solucionamos todo se acabará? Cuando sabemos que aunque a nosotros nos parezca lo peor y el fin del mundo, todo seguirá aquí al día siguiente, porque hay gente muriéndose de hambre, guerras e injusticias, pero todo sigue. -solté un suspiro desahogándome. -¿No es un poco egoísta? Estar preocupándome por amor cuando hay situaciones peores en el mundo.
-Nadie puede culparte por sentir. En cambio, si podemos culpar a mucha gente por causar guerras, por la escasez en alimentos y justicia. -su voz era suave, casi un susurro. -Tu problema no afecta a todo el planeta, pero te afecta a ti y tú eres el centro de tu mundo, de mi mundo. -busque su mano con la mía y la agarre como si mi vida dependiera de ello. Luego me acurruqué contra el cerrando los ojos.
-No me digas ese tipo de cosas. -mis párpados se apretaron más con rabia. -Se me hace más difícil poder... -me callé a mí misma siendo incapaz de seguir. Siendo incapaz de destrozar mi mundo y el suyo.
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Guerra de Familias
HumorDesde que tengo uso de razón Los Thompson y Los Riverwood se han llevado mal. Dos familias con 12 hijos cada una, que luchan por demostrar cual es la mejor. Mi padre, Ben Thompson siempre ha dicho que relacionarte con un Riverwood es como cavar tu p...