La campanilla sonó a la vez que entraba por la puerta de la pastelería de los abuelos de Joe.Había pasado una semana desde la cena en la casa de la señora Johnson. Aunque al final no habíamos cenado y todo acabó en un drama monumental.
Las cosas en casa estaban cada vez peor. Después de la gran confesión, mi padre se había refugiado en la planificación de la feria, que se abría al público la semana que viene y habría una gran fiesta de inauguración a la que obviamente teníamos que asistir.
Lo de mi padre no era una sorpresa, el siempre se centraba en el trabajo al 100% si algo iba mal en su vida privada y teniendo en cuenta que Jacob nos estaba ignorando a todos y que la tensión entre los gemelos era tan insoportable como para deprimirnos a todos los demás; se podría decir que muchas cosas iban mal en su vida privada.Yo estaba en modo negación, sin poder creerme todavía que Ethan me hubiera dicho todo lo que me había dicho. Después de escucharle, comprendí que en parte tenía razón, siempre estaba al pendiente de los problemas de los demás y de querer ayudarlos. Era capaz de aceptar que me hubiera dicho cosas como esas, porque al fin y al cabo estaba pasando por un momento difícil y necesitaba descargar su ira con alguien y yo prefería mil veces que la descargara conmigo que con Alec. El que por cierto, no salía de su cuarto, al menos no cuando los demás éramos conscientes. A veces iba a ver cómo estaba pero no había nadie en su cuarto, no sabíamos a donde iba, pero tampoco es como si alguien se hubiera preocupado por preguntarlo; desde la cena todos nos ocupábamos de nuestros propios asuntos y no nos fijábamos en los demás.
Me gustaría que todo fuera como antes, pero para eso tendría que intervenir en problemas que no son los míos y eso sería, claramente, darle la victoria a Ethan y no pensaba dársela, no hasta que dejara de comportase como un niño malcriado de cinco años que arrasa con todo a su paso.
Yo también me había refugiado en el "trabajo" por decirle de alguna manera. Estaba ayudando a Aaron a encontrar una manera de pedirle a mi hermana que fuera su novia. Al principio no se nos ocurría nada original y fuera de lo cliché, pero luego nos acordamos de la pasión que tenía mi hermana por la lectura y el chocolate, así que nos centramos en eso y pronto se nos ocurrió la idea perfecta, una idea que hoy por la noche llevaríamos acabo.
Pero ahora era por la tarde y yo quería merendar.
Alguien tocó mi hombro llamándome y yo me giré esperando encontrarme algún Riverwood, porque mis hermanos simplemente hubieran gritado para llamar mi atención. Mi sorpresa fue grande al encontrarme con un atractivo chico pelirrojo que no sabía porque, pero me sonaba bastante. -Por la cara que acabas de poner deduzco que no me recuerdas. -él habló haciéndome sentir estúpida por no recordar quién era. Él debió adivinar lo que pensaba porque se rió. -No pasa nada preciosa, tampoco es como nos hubiéramos visto cientos de veces. De hecho solo una. -yo seguía sin entender lo que estaba pasando y el se volvió a reír a la vez que estiraba su brazo en mi dirección esperando que yo estrechara su mano. -Soy Ben. -ahí es cuando caí. Abrí los ojos como platos sorprendida. El era el chico que trabajaba en el cine el día en el que me di mi primer beso con Aiden.
No pienses en el ¿Porqué piensas en el? Hay un chico guapo delante tuyo, no seas idiota.
-Claro, por supuesto. -hable rápidamente y luego me quedé callada sin saber qué decir o hacer. El me miró con una ceja levantada y su brazo todavía esperando. -Mierda lo siento, soy muy despistada. -le estreché la mano con más fuerza de la necesaria y el soltó una carcajada.
-¿Piensas decirme tu nombre señorita despistada? Porque pensaba invitarte a tomar algo, pero sería un poco raro si eres una completa desconocida.
¿Ha dicho invitarme a tomar algo? ¿Semejante espécimen me quiere invitar a tomar algo?
¿Después de dar la peor primera impresión del mundo?
Aunque debería dejar de mirarle como si le hubieran salido tres cabezas.
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Guerra de Familias
HumorDesde que tengo uso de razón Los Thompson y Los Riverwood se han llevado mal. Dos familias con 12 hijos cada una, que luchan por demostrar cual es la mejor. Mi padre, Ben Thompson siempre ha dicho que relacionarte con un Riverwood es como cavar tu p...