Ataques de pánico.

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(Había gente que no podía leer el capítulo, así que lo vuelvo a subir).

-¿Qué de que? -solté con incredulidad.

¿Qué está pasando? Definitivamente el mundo se ha vuelto loco.
Tal vez he entrado en otra dimensión.

Miré como mi hermano levantaba la cabeza de sus piernas, deshaciendo así la bolita en la que se había convertido. Me miro unos cuantos segundos sin ninguna expresión facial pero con los ojos rojos.

-Deja de mirarme como sí hubiera besado a Camille, ¡Estoy teniendo una crisis existencial! -hice una mueca de disgusto y me puse a su altura de rodillas.

-Primero, ugh, no necesitaba tener esa imagen en mi cabeza. -me estremecí. -Segundo, ¿Cómo se supone que te tengo que mirar? Se que siempre estoy bromeando con este tema, pero nunca pensé que llegaría a pasar. -exclamé todavía confundida.

-Si bueno, no eres la única. Quiero decir, no es como si no lo quisiera...

-¡Lo sabía! -Le interrumpí gritando mientras le señalaba emocionada.

-Ese no es el punto y no me señales maleducada. -frunció el ceño y le dio un manotazo a mi brazo. Yo hice un puchero.

-Vale lo siento, ¿Pero me puedes explicar que ha pasado? -Le pregunté ya más calmada. El suspiró y estuvo unos segundos callado buscando las palabras adecuadas; segundos que yo aproveché para acercarme más a él y sentarme al lado de sus piernas dobladas, apoyando mi brazo izquierdo en sus rodillas.

-Estaba discutiendo con Ethan -hizo una breve pausa. - otra vez, lo cual no es una sorpresa, porque eso es todo lo que parece que sabemos hacer últimamente. -Suspiré viendo como el apoyaba la cabeza en el tronco de árbol. -Pero esta vez ha sido diferente, nos hemos dicho cosas muy fuertes y dañinas, pero luego ha dicho que desearía no ser hermano de un traidor mentiroso y eso me ha hecho daño. Pero la decepción y el odio en su mirada, eso, -se le cortó la voz y yo puse mi mano encima de la suya para darle apoyo. -eso me ha matado.

Apretó los puños y una lagrima rebelde se escapó de su ojo izquierdo. -Alec. -susurré. -No tienes porque seguir.

-Quiero hacerlo. -Me miró y yo asentí en silencio. -El punto es que cuando me dijo eso empecé a respirar con dificultad y mis manos empezaron a temblar. La verdad es que me costó darme cuenta de que estaba teniendo un ataque de pánico, no los tenía desde hace años y pensaba que ya los había superado.

Fruncí el ceño. Alec tenía problemas para controlar sus emociones cuando era pequeño. No soportaba la atención de la gente sobre el, todo lo contrario a Ethan, el amaba ser el centro de atención.
Alec solía tener ataques de pánico cuando tenía que hablar en público o cuando algo le daba miedo. Pero siempre que tenía uno, Ethan estaba allí, el era el único que podía mantenerlo tranquilo, era como su salvavidas, uno al que Alec se podía aferrar.

Eso era lo más chocante, su salvavidas se había convertido en un ancla, una que le había hundido hasta el fondo.

-Sabes que siempre era el quien me calmaba cuando tenía un ataque. Pero claro, ¿como me iba a calmar si era el quien lo había provocado? -Una risa amarga salió de sus labios. -En cuanto lo asimilé salí corriendo de casa. -Le miré enfadada. No podía tener un ataque solo, eso era peligroso. -Ya lo sé, fue muy estúpido por mi parte. Lo importante aquí es que me encontré a Joe a mitad de camino y el me paró, me llevó a rastras a un callejón para que la gente en la calle no me agobiara más. El empezó a hablar y yo no conseguía distinguir nada de lo que me decía. De repente sentí como me agarraba por las mejillas y me besaba. -sonreí enternecida. -No se como pero eso me relajó al instante.

Guerra de FamiliasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora