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Parte 6

Quería dormir en ese momento, ya no escuchaba nada a su alrededor, todos los días se levantaba sin ganas de seguir con su vida, el verlo sentado frente al televisor haciendo trabajo, trabajo y más trabajo lo llenaba de angustia, por primera vez no escucho ningún reclamo, ni alguna mala palabra, parecía que para él ya no existía, su mundo ya no gira en torno a él.

Le había fallado, completamente seguro de que estaban pagando las consecuencias.

Paso de largo como era costumbre, cerró la puerta con cuidado como queriendo no hacer notar su presencia.

—Tonto...— susurro tomando su café mientras seguía con su trabajo, Hanamiya había decidió trabajar en casa desde que su hijo nació, todo por petición de su esposo que le insistía en que el niño lo necesitaba ya que no quería dejarlo a cargo de nadie cuando saliera del jardín de niños, después de todo ambos trabajaban. Kiyoshi tuvo que insistir mucho para que el otro accediera a quedarse en casa e ir a recoger a su hijo.

Hanamiya acepto de muy mala gana pero esta vez no hizo tanto escándalo, su hijo se la pasaba pegado a él en todo momento , no porque fuera el mas cariñoso pero era con quien más convivía, el pequeño se había dado cuenta de su carácter pero de igual manera lo amaba.

Para desgracia de ambos se parecía a Hanamiya que daba miedo a otros niños, sin embargo tenía el carácter de Kiyoshi eso hacia un contraste muy inusual.

De solo recordarlo se le quitaron las ganas de seguir con su trabajo.

Se llevo las manos a su cabeza, toda esa paz que intentaba conservar no le basto en ese momento, ya habían pasado seis meses y nada parecía cambiar, retomaron su vida normal, todo era completamente normal, todo tenía una buena razón de ser.

Se levanto de la mesa de la cocina con muy poca energía, no recordaba cuando fue la última vez que comió algo que no fuera café, fue directo a la cocina a hacer el intento de prepararse algo de comer. No funciono como él esperaba.

Sentía cada vez más como su cuerpo se debilitaba, aun no podía creerlo, al fin soltó una mueca de dolor, respiraba dificultosamente, la poca energía que le quedaba se iba desvaneciendo poco a poco.

Antes de que pudiera hacer algo más tomo su celular que estaba en bolso e intento llamar a su esposo, pero solo se escuchaba la larga espera, un timbrazo mas y contesto el buzón, no salían palabras de su boca, el dolor punzante en su estomago lo estaba acabando, se sentó a la orilla del marco de la puerta de la cocina.

Ya su dolor no solo era físico si no también emocional, no podía contenerlo, fue como si de pronto le recordara toda esa tontería que emanaba de su pasado.

No preguntaría el por qué le tenía que pasara justamente el, pero si se preguntaba por qué tenía que ser precisamente el día que él dijo que no quería ir a ese parque a convivir con los amigos de su esposo, que antes de subir al auto le grito —Si sucede algo será tu culpa— le dijo tantas veces que no quería ir, le repitió tantas veces que deberían irse de una vez, le repitió tantas veces lo frustrado que estaba por tener que estar cerca de esos tipos.

En ese momento no estaba pensando las cosas con claridad, no estaba hablando enserio, la mayoría del tiempo solo quería molestar, la mayoría del tiempo solo quería que su esposo le prestara atención.

Al final de ese día, recibió las palabras que lo atormentaban hasta ese día.

—"Tenias razón no debimos ir a ese lugar, lo siento"—él no quería tener la razón.

Al fin se dio permiso para llorar, el dolor en su estomago estaba pasado, seguramente era por no alimentarse correctamente, lamentaba sentirse tan miserable en ese momento.