Parte 21

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Después del pequeño incidente Akashi menciono una salida a un parque cercano para hacer algo que seguramente les encantaría a los niños. Un par queque que fue especialmente equipado para la ocasión, aunque no tuvieron buenos recuerdos del último por sus hijos pequeños debía ir a esos lugares.

— ¿Y ahora que harán? — Kagami era el más fastidiado de todos, parecía tener cierta envía de lo que pasaría a continuación.

—No tienes por qué saberlo, si no seguramente querrás estar ahí — su esposo lo miro fijamente pues su amado debía ir a ver a su hermano para ayudarle con algunas cosas relacionadas con la boda.

—Pero... pero — no sabía que decir, en realidad en tenía tantas ganas como cualquiera de pasar tiempo con su hija.

—Ya Taiga, será mejor que vayas estaremos bien, no te perderás de nada importante — le mentiría un poco, debía a que sabía que seguramente este se querría quedar con ellos.

—Si algo pasa llámame inmediatamente — pidió antes de irse en otra dirección, solamente los veía de reojo para no perderse de cualquier imagen conmovedora, pero en cuanto volteo para verlos por cuarta vez estos ya no estaban.

Y con eso todos los demás se fueron al parque indicado por Akashi, seguramente sería algo realmente interesante al igual que todo lo que se estuviera planeando para ese primer día en ese lugar extranjero.

Cuando llegaron, no era sorpresa ver todo esos globos. Sabían que a Mei le encantaba jugar con ellos por alguna razón. Los niños enseguida dieron un paso enfrente, sus padres solo veían pues claramente estaban esperando el permiso para ir corriendo hacia los juegos.

Pero como los buenos padres que eran no dejarían ir tan fácil, primeramente era recordarle que debían ser cuidadosos y no hablar con extraños— principalmente eso— nada de hablar con extraños.

—Vayan — una vez que el permiso fue dado ya nada les impidió ir corriendo al pequeño espacio que estaba bien delimitado por un par de rejas.

Los padres no podían solo dejarlos ir, los vigilarían desde muy cerca. Enseguida la mayoría saco su teléfono celular para comenzar a sacar fotos de sus pequeños que algún día sin duda crecerían y podrían avergonzarlos con ellas.

Que hermosos será.

Los niños ajenos a las intenciones de sus padres comenzaron a correr al primer juego inflable que vieron. Todos menos Ai.

— ¿No quieres ir? — pregunto Kuroko a su hija cuando esta solo se limito a verle.

— ¡Ai!— escudar su nombre gritar por Mei le causo una sensación de alegría que no expreso.

—Sera mejor que vayas — sonrió dándole a entender que estaba bien.

Enseguida comenzó a correr a donde sus nuevos amigos. Kuroko estaba realmente feliz de ver que al fin su hija hacia amigos y seguramente serian unos excelentes amigos.

Los padres no dejaban de sonreír aunque por dentro algunos estaba preocupados de sobremanera por sus criaturas.

—Desde aquí podemos verlos mejor — dijo Murasakibara cuando vio que nadie hacia nada por moverse, en aquel lugar también había mesas para que comieran un refrigerio antes de la gran noche. Al fin verían a los novios pues querían felicitarlos por el gran paso.

—Kise, deja de comer... hace apenas una hora que comimos — dijo al verlo comiendo una mantecada que se robo del plato de postres.

—No lo sé, de seguro me afecto el cambio de hora, de altura, no lo sé — no le daba mucha importancia, seguramente era alguna de esas cuestiones, a si que solamente se limitaría a seguir comiendo mientras pensaba en cual podría ser la razón.

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