Parte 43

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Tiempo, a veces eso es lo único que se necesita... un poco de tiempo, pero ahora ni un poco era suficiente. Los cinco se encontraban reunidos solos, después de la revelación de la tarde lo menos que querían era sentirse de alguna manera presionados para dar una respuesta. Les darían

— ¿Lo sabias?— pregunto Natsuki a Masaru—

—Sí, ellos me lo dijeron cuando me contaron que era su hijo —no tenía por qué mentirles más.

— ¿Qué debemos hacer?—pregunto Takeshi — esta vez no tengo idea de que hacer... quisiera, quisiera entender —

—Ya he tenido suficiente de esto — Natsuki se levantó de su asiento y sin ningún miedo se dirigió a la habitación donde le dijeron que estarían esas personas, tan concentrado estaba que ni siquiera se dio cuenta de que ninguno de sus hermanos le seguía. Solo tenía que ir y decirles lo que sentía al respecto, decirles lo que siempre quiso y que nunca pensó podría intentarlo, ni en sus alucinaciones podría si quiera imaginar cómo sería el verlos.... El verlos.

Cuando estaba a punto de llegar al elevador vio a alguien que no parecía tener un buen humor. Más bien estaba esperando a que el artefacto llegara, se acercó un poco más calmado por ahora solamente daría un pequeño paso.

—Akashi Mei —

—Natsuki —ahora que lo pensaba bien esa niña era su... hermana, una hermana de sangre—Yo...

—Mamá solía ser fuerte, decían que no había nadie mejor, que era el número uno en todo lo que se propusiera... siempre dándole la cara a los problemas y si hubo un tiempo en el que parecía estar fuera de sus cabales pero eso le pasa a cualquiera que tiene una vida llena de expectativas—Le miraba de frente—Papá solo era bueno en eso de los dulces y no tenía muchas metas en la vida ... puede que para ti sean unos extraños que no tienen corazón —hizo una pausa — pero para mí son mis preciados padres... y esperaron por esto desde siempre, pero sabes ello realmente no podían tener muchas esperanzas, ¿Tu alguna vez quisiste verlos? —

Natsuki quedo perplejo ante su petición y de nuevo las ganas de llorar volvieron, se sentía tan extraño que te dijeron eso de personas que se suponía deberías conocer. Pero no lo hacía, no los conocía, eso era lo que lo detenía realmente, en su cabeza miles de ideas cruzaron para intentar que su corazón no latiera de esa forma... como si deseara.

—No... hare lo que pueda —no pudo decir nada más, se preguntaba en el fondo ¿Qué haría? No iba a refrenarse eso sería patético. Seria patético aceptar de buenas a primeras que se tener una familia que mágicamente se preocupa por ti.

Algunas cosas pasan sin si quiera pedirlas realmente, como cuando se abren las puertas del ascensor dejando ver a quienes querías ver y a la vez sabes que no lo haces en serio, que la fortaleza que tenías hace unos instantes se basaba en salir corriendo cuando se diera la oportunidad. Entonces cuando de pronto están frente a ti lo que supones un problema... es difícil verlo como lo que es.

Alzo su mirada a ellos, quería decirle lo infeliz que llego a ser... pero no era del todo su culpa, solo debía dar un paso adelante para al fin decirlo de frente.

Akashi y Murasakibara se quedaron quietos, no tenían ni la menor idea de que hacer. No parecía querer hablar o algo así. Seijuro se le acercó para pronunciar en tono de preocupación:

—Natsuki, ¿Está todo bien? — no era lo que esperaba realmente, pero cuando este le abrazo sintió algo que nunca pensó: Miedo. Natsuki tenía miedo.

—Por favor —decía— Por favor — lo abrazo tan fuerte en ese momento que parecía querer romperlo. Murasakibara se unió a ellos, no quería seguir engañándose a sí mismo estaba tan cansado, solamente quería, quería que nada de eso fuera una mentira, que al final llegaran con la noticia de que era falso, no podría soportarlo.

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