Parte 32

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Quedarse observando fijamente a una persona es lo que podría llamarse: Acoso, pero en ese momento no era una persona como tal, si no un simple niño que parecía estar perdido, o en ese caso niña.

No podía simplemente preguntarle qué es lo que quería debido a que sabía que esta simplemente no hablaba. Masaru escuetamente intento que eso no le afectara, sin embargo tenerla tan cerca le hacía sentir como si hubiera hecho algo malo. ¿Y si lo había echo y no lo sabia?, esa idea lo saco un momento de su representación de ignorarla.

—Tu... ¿A caso necesitas algo?— pregunto yendo a donde estaba con relativa calma, aunque debía saber que esa preguntar haría que la niña inconscientemente volteara para otro lado—Mira, en este momento no...— ella volvió a verle como queriendo dar un mensaje telepático. Lástima que no funcionaba con él.

Ai sabía que no le entendería a la primera y hablar en ese momento no era una posibilidad. Intento hacer señas para que este le creyera que necesitaba decirle algo importante.

—Este no... Se ¿Quieres a tus padres?— la negación que recibió le hizo darse cuenta de que necesitaba un cuaderno y un lápiz junto con una hoja blanca, de otra forma se la pasarían todo el día intentando comunicarse— Espera...— le dijo mientras corría a la recepción. En ella una mujer le atendió con una sonrisa, este solo dijo gracias y corrió donde la niña esperaba. —Toma así al menos sabré lo que quieres—

Ella en ese momento casi cambia de expresión al saber que debió pensar en eso antes.

—"Necesito preguntarte algo"— escribió en al hoja mientras buscaba las palabras correctas para obtener información.

—Bien creo...—

—"¿Donde están tus padres?"— debido a que solo era una hoja debía poner las preguntas mas importantes en primer lugar, aunque se sintiera como si fuera una total insensible o al menos eso había escuchado de los adultos.

—En algún lindo lugar supongo...— si bueno mentirle a una niña no era tan malo, pero de alguna manera sintió que lo descubriría en cualquier momento.

—"Te gusta el helado de Vainilla... a mi si"— tenia que ser sincero, pero a la vez contener su emoción al denotar la palabra "Vainilla".

—A mi también, es por mucho uno de mis sabores preferidos. Casi nunca la como porque bueno no hay de donde comprarla pero si me dieran un bote yo seria la persona mas afortunada de este mundo — contesto rápidamente para no parecer un lunático, que ahora que lo pensaba estaba en uno de los mejor hoteles quizá pudiera robar un poco después.

—"A mamá también le gusta, es igual si sabor preferido, pero papá dice que ya...— hizo una pausa para escribir en la parte de atrás de la hoja. —no es como antes "— Masaru intuyo que "Como antes" se refería a la edad de su madre.

—Bien ahora tenemos algo en común los tres — asintió sintiéndose bien de alguna forma.

—"Si" —

La conversación de nuevo se torno poco comunicativa y Ai no sabia que hacer para que el otro entendiera que es lo que deseaba expresar. Tenía que pensar, pensar, pensar. Pero nada se le ocurrió....

—Debo irme al parecer nos necesitan a mis hermanos y a mi.... ¿Adiós?— le dio una palmadita en el hombro, pensó que al darse la vuelta y no ser tan obvio en que deseaba huir para que todo terminaría. Lo que escucho después ni si quiera supo como expresarlo, sintió que el mundo se desasía.

—Masaru —

Ese era su nombre, su nombre real que estaba escondiendo, la voz no pudo reconocerla pero podría jurar que era de aquella niña que lo había estado interrogando. Si volteaba le daría la razón, y si eso sucedido se darían cuenta de sus mentiras, cosa que no convenía en lo mas minino.

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