Parte 41

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Por un momento pensó en irse, no tenía la menor idea de cómo comenzar una conversación que seguramente quería postergar un poco más, principalmente porque no había hablado con sus hermanos, ellos tenían que ser parte de todo lo que venía a continuación, pero se sintió tan diferente cuando supo que sus padres estaban vivos, que de hecho no eran tan malos padres como siempre pensó, se sintió tan diferente que hasta ese momento no había notado lo complicado que era quedarse parado frente a él; quien lo trajo al mundo.

Eso era el punto de partida de su existencia, esa persona en la camilla de hospital viéndolo de una manera que podría asegurar... nadie le había dedicado, como si el valiera algo.

—Eres tu...—Kuroko lo miro atenuantemente — creciste mucho — tenía algo de miedo a que todo fuera una ilusión creada por su cerebro recién despertado.

—Supongo...—entonces decidió que de verdad no era como lo esperaba — Creo que debo irme —quiso correr pero su voz le detuvo.

—Por favor no... solo, solo un momento por favor — sentía que en cualquier momento comenzaría a soltar preguntas sin sentido— ¿Puedes acercarte un poco?—con un poco de duda dirigió sus pasos hacia esa persona, cuando estuvo cerca, tan cerca que las manos de aquel hombre se posaron en sus mejillas, secando sus lágrimas de una manera tierna —Nunca pensé que esto podría pasar —

—Créame que yo tampoco —intento reírse — ¿Por qué?...— su voz era opacado por sus increíbles ganas de soltarse a llorar —No entiendo— de verdad que no entendía.

Esos años de dolor, de sentirse devastado por la idea del desprecio de su propia familia, esas noches en las que tuvo que acallar sus propios sentimientos por el bien de sus hermanos, esa niñez que no pudo tener debido a que no había forma de sobrevivir portándose como un niño normal. Todo ese tiempo... y ahora de pronto estaban frente a frente... con él.

—Lo siento tanto — era ese momento en que se suponía todo debía sentirse bien, pero de ninguna manera no se sentía bien, estaba mal, desde un principio estaba mal, tan mal que las palabras no bastaban.

— ¿Por qué?, ¿Por abandonarme?... supongo que no necesito eso —en verdad que no, por mucho que no quisiera admitirlo, para seguir adelante con su vida y cuidar de su familia había perdonado a quienes lo trajeron al mundo —Yo no te odio —

Kuroko lloro tanto ante esas simples palabras, porque solo podían significar una cosa, su hijo no lo odiaba, solo quedaba la opción de que no sentía nada por él.

—Por no buscarte, por dejarme engañar, no te abandone... solo una vez cuando recién salimos del hospital, pero eso fue culpa de Taiga, le dije que no comprara ese ridículo arreglo, pero ¿Qué hizo?, exacto... lo compro, obviamente no iba a caber en el auto y aun así lo compro... aun lo tengo por cierto— intento reírse de solo recordar ese momento, Masaru en cierta se sentía emocionado, era la primera vez que escuchaba algo acerca del niño que fue.

Sonrió un poco, sentir esas manos en su rostro le hacía entender que era tan real y a la vez tan ilógico.

—No sé qué hacer — Kuroko entendió así que simplemente lo abrazo, con todas las fuerzas que tenía en ese momento, Masaru sin siquiera pensarlo correspondió al gesto, porque ansiaba tanto ese calor que ninguna persona en el mundo podría brindarle: Amor de padres.

Ya habría tiempo para explicaciones.

**En la sala continua**

No era un buen momento, pensó en lo mucho que su hermano debía estar cansado, a pesar de eso y de que no supiera que decir quería intentar tener una conversación con Taisei, tal vez el comprendiera la situación en la que se encontraban o tal vez...

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