Parte 34

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— ¿Eres tu Nora? —Kuroko inmediatamente intento acercarse.

—Buenos días —respondió ella e inmediatamente Masaru no pudo evitar cuestionarse de donde se conocían.

— ¿Qué hace aquí? — pregunto acercándose un poco, a veces solía cruzar su recuerdo cuando pensaba en su hijo.

—Yo no...—Nora se aprendió de memoria lo que ellos le habían dicho que dijera. Cada palabra, con puntos, comas, todo es y en ese momento al verlo no puedo decirle nada, su vida estaba en peligro, su familia también, todo lo que ella ahora amaba estaba en peligro y simplemente no quería perderlo — No sabía que estaban aquí — contesto al fin.

—Sí, mi familia y yo vinimos a una celebración — aún se sentía extraño hablarle como si no hubieran pasado ya años.

—Bueno, que bien que todos parecen ser muy felices — intentaba no ponerse nerviosa o quizá se delataría.

—Es algo que pasa cuando pasa el tiempo. Pero, ¿Qué haces aquí?—esa era una buena pregunta.

—Ahora trabajo en algo así como asistencia social, después de lo ocurrido con ellos yo me mude a este país...—

—Lo sé —

—Creo que es mi forma de quitar mis culpas — dijo sintiéndose miserable por la manera en terminarían las cosas.

—Entiendo — a pesar de estar feliz de verla, no entendía la razón de permanecer alejado de ella. — ¿Quieres pasar a saludar?, estoy seguro que los demás les daría gusto saber de ti. —intento negarse, pero tal vez eso se vería demasiado sospechoso.

—Si, por supuesto— Kuroko iba a decir algo más cuando sintió a alguien de tras suyo.

En Otra estancia del Hotel

— ¿Qué sucede Momochi? — pregunto Kise algo inquieto, pues el amiente cambio mucho desde que Kuroko fue internado en el hospital, sabía que algo malo estaba sucediendo en medio de tanta luz y buena disposición.

—Lo siento — no puedo decir más que eso cuando los vio parados esperando una respuesta.

— ¿De qué hablas Satsuki? —Aomine no podía creer que su amiga de la infancia estuviera llorando como si hubiese hecho algo malo.

— ¿Te siente mal?, ¿El maldito de tu esposo te engaño? — ella por su parte soltó un bufido. Sus amigos parecían estar tan preocupados.

—No, claro que no —se detuvo. Intento poner una cara de confianza.

—Es algo acerca de Loise— dibujo una media sonrisa en su rostro.

— ¿Qué sucede con eso?, ¿Encontraste a los culpables? — pregunto su amigo quien parecía calmado.

—No—

Ambos se miraron intentando descifrar la noticia que su amiga quería darles.

—Hice una investigación y los cuerpos que están en el cementerio no son de ninguno de sus hijos, posiblemente fueron traídos a este país y aun sigan con vida — lo dijo tan rápido como pudo y pedía a gritos que no le hicieran preguntas.

—Oh si esto debe ser muy doloroso para ti —Kise para supresa de Momoi estaba sonriendo— Gracias, realmente te lo agradezco — su calma parecía tan sincera que simplemente la chica no dejaba de verlos con desconcierto.

— ¿Qué? —

—Nosotros ya lo sabíamos —

Y fue como si el tiempo se detuviera. Hasta que pudo formular la pregunta.

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