Parte 36

40 6 0
                                    

Tener miedo era algo común en ellos, sentía como su corazón comenzaba a latir tan rápido que ya no podía detenerse. Taisei se encontraba cuidando que nadie se acercara, técnicamente estaban pensando en salir por la ventana ya que no había otra salida. Golpear a aquellos hombres fue fácil, no pensaron que aquellos debiluchos realmente fueran fuertes.

Pero la vida es dura en las calles si no lo eres.

Miro a su alrededor, Masaru estaba dando instrucciones para bajar por la ventana, a pesar de saber que seguramente no saldrían todos vivos de ese lugar. Miedo, tenía miedo, miedo de perder a su familia, lo único que le quedaba, lo único por lo que estar vivo.

—Taisei — sintió la mano de Natsuki en su hombro.

—Si voy — se notaba que este estaba preparado para lo peor o en todo caso; Para despedirse. No pudo evitar observar como los gemelos se tomaban de las manos, seguramente debían tener mucho tiempo, después de todo en lo que llevaba de conocerlos nunca habían hecho algo así. Y seguramente si no los hubiesen conocido jamás hubieran tenido que hacerlo.

Eso le lleno de culpa, porque al parecer todo era su culpa, por involucrar a pequeños niños que no tenían nada que ver. Reacciono al ver que estaban comenzando a bajar por aquella escalera.

El frio de la noche no era impedimento para seguir con la búsqueda, mucho menos después de la llamada de Nora. Ella les dijo dónde encontrar a los niños, estaban listos para entrar y hacerles saber que con su familia nadie se metía, principalmente cuando era na segunda ocasión. Kagami solo podía ver las calles pasar, a pesar de haber vivido en aquel país, ahora era todo diferente a como en sus recuerdos estaba presente. No podía con el estrés, pensar en su esposo, en sus hijos, en cómo alguien podía si quiera pensar en llevarlos lejos de su familia.

—"Solo espera Mei"— pensó Akashi mientras conducía, la policía también estaba en movimiento, pero tenía que estar presente para si era posible matar a esos malditos. No se sentía tan frustrado desde que su padre le dijo esas cosas cuando nació Natsuki. No quedaba más que apresurarse.

Rumbo a aquel lugar Kyoshi junto a Makoto estaban ansiosos, el auto parecía ir demasiado lento, recuerdos de esos días donde ni si quiera se dirigían la palabra llegaban a su cabeza, posiblemente esta era la única vez...

—Te amo — dijo sin dudarlo Hanamiya. A lo que Kyoshi sonrió dolido.

—Lo sé— lo sabía, desde siempre ha sido así, pero ahora más que nunca necesitaba la fuerza de esas palabras para poder continuar. Porque no sabía que haría si al llegar no pudiese ver de nuevo a sus hijos.

En el orfanato con mucho cuidado Masaru había ayudado a los niños a bajar por la escalera, esta no era muy segura ya que estaba pegada a la pared y estaba a punto de caerse.

—Vamos Taisei —le dijo a su hermano sabiendo que no había tiempo que perder.

—Apresúrate si — pidió con miedo, se veía venir algo malo, lo sentía en todo su cuerpo, algo tan malo que no podía ni decirlo.

—Iré en seguida — le abrazo sin pensarlo, sintió que era eso lo que su hermano necesitaba en ese momento. Bajar por esa cosa no era algo sencillo, se tambaleaba demasiado, a parte sabía que si caía seguramente se lastimaría alguna parte de su cuerpo, si caía probablemente moriría. Así que cuando su hermano llego al final de la escalera se sintió aliviado.

Ya solo faltaban él y la pequeña Ai quien tenía demasiado miedo como para bajar sola, o tal vez simplemente no quería dejar a esa persona atrás.

—Iremos juntos de acuerdo — le tomo l mano y esta solo asintió, de inmediato la ayudo a ir por la ventana, fue cuando ruidos de golpes y pisadas aparecieron, ya se habían dado cuenta de que había escapado, con mucho cuidado comenzó a bajar la escalera, no quería caer y mucho menos con esa niña junto a él.

HOMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora