Parte 17

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Estados Unidos: Hotel 11:00 am

Si no fuera por el hecho de que su hija le estaba moviendo en ese instante, tal ni cuenta se hubiera dado cuenta de la hora que era, sus ojos aún permanecían cerrado, no quería levantarse su cuerpo le gritaba quedarse en cama todo el día, después de todo la conferencia de su esposo seria hasta las seis de la tarde, dejando eso de lado aun sentía como su cuerpo era medio movido por un par de manitas que hacían lo que podían para que este se levantara de la cama.

—Yuki cariño ¿No quieres seguir durmiendo?, sique el ejemplo de tu hermano menor —pregunto tallando sus ojos.

—No, quiero desayunar y si me hermano está durmiendo es porque todo el vuelo se el paso despierto — aseguro con algo de reproche cruzando los brazos, sus ojos se abrieron al ver de reojo el reloj que marcaba una hora que no esperaba realmente. —Yuki, ¿Por qué no me despertaste?, ya es bastante tarde, seguramente ya debe estar listo, mientras nosotros aun no nos levantamos de la cama— menciono al levantarse ruidosamente, esperando que con eso su pequeño no se despertara pues muy buen momento para hacerlo no era.

—Lo intente, pero nada mas no te movías — aseguro aún más enojada — ¿Quién nos está esperando? — le daba cierta curiosidad esa persona que tanto mencionaban.

—Ya lo veras, por ahora hay que prepararnos... ven hay que darnos un baño y después arreglarnos para salir — una cosa era estar en su habitación de hotel, pero esta vez era un rencuentro con un viejo amigo y de ninguna forma dejaría que este le viera con semejante fachas.

Fue difícil poder usar el enorme baño de la habitación, pero con mucha suerte ambos terminaron de bañarse lo suficientemente rápido para quedarse durante veinte minutos viendo la ropa que se pondrían, solo en el caso de Takao por que su hija ya estaba más que lista con su conjunto negro que su abuela le había regalado, con ayuda del susodicho peino su cabello y en su cabeza un gorro que le cubriría del frio.

—Lista —menciono cuando vio perfectamente vestida a su hija.

— ¿Y tú? — pregunto al ver que estaba todo menos listo para salir.

—Solo espera unos minutos — enseguida eligió lo primero que tuvo en mano ya que no podía hacer más esperar a su pequeña, menos cuando el reloj marcaba solo unos minutos para la cita acordada.

Salio de la habitación vestido con un abrigo negro, pantalón azul marino incluso unos guantes con figuras de copo de nieve, miro al pasillo esperando a que otra de las puertas se abriera. De vez en cuando miraba de reojo a su habitación esperando a que su hijo mostrara señales de querer despertar.

Yuki por su lado estaba bastante emocionada por lo que sucedería pues por lo visto su madre añoraba ese momento desde hace algún tiempo, fue cuando dieron las doce de la mañana que una de las puertas se abrió y dejo ver un pequeño hombre que enseguida reconoció.

— ¡Kuroko! — no sabía cómo llamarlo en ese momento, ya habían pasado casi seis años desde la última vez que se vieron que parecía la primera de toda la vida.

—Takao — él también sonrió al verlo, enseguida un par de brazos lo rodearon dándole a entender la felicidad que sentía al tenerlo en ese momento tan cerca. — ¿Y ella supongo que es Yuki? — al ver a la pequeña asombrada por la repentina acción de madre le dio cierta sensación de estar entre desconocidos.

—Sí, ven cariño — le llamo Takao para que acercara, esta con algo de miedo se le acerco lentamente —Él es mi buen amigo Kuroko Tetsuya, al igual que es un querido amigo de papá, aunque no lo admita muy seguido — le sonrió.

—Soy Midorima Yuki un placer — le extendió la mano en señal de saludo, Kuroko quedo feliz al ver al pequeño retoño de la familia Midorima — Pero falta mi hermano menor, él está en la habitación, aun duerme...— pudo divisar que de la habitación también salía una niña, solo que era un poco más bajita que ella, y se le estaba mirando con cierta seriedad.

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