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Parte 33

13 años antes.

Presentarse en esa casa llena de lujos era posiblemente la cosa más avariciosa que haría en toda su vida. Cuando le abrieron la puerta se encontró con una de las tantas empleadas domesticas de la gran mansión, le indicaron que debía esperar en el despacho hasta que los dueños aparecieran para entrevistarla.

Le costó horrores conseguir una entrevista para el puesto de niñera en esa casa, al parecer los padres tenían mucho trabajo por lo que no podían dedicarle tiempo a su único hijo. Tenía entendido que estaban terminado la Universidad por lo que eran padres bastante jóvenes.

—Nora Clint ¿cierto? — escucho a una persona entrar.

—Si — la persona que estaba frente a ella era un hombre un tanto bajito con aura prepotente, más bien parecía un jefe estricto que una persona que buscaba niñera para su hijo.

—Eres bastante increíble, debido a tus recomendaciones — ella en realidad nunca había cuidado niños pero ellos le aseguraron que conseguiría que le creyesen el cuento de que era una mujer preparada.

—Gracias — respondió intentando sonar elegante.

—Haremos una prueba y en base a eso veremos si eres apta para el puesto. Sígame — se levanto para guiarla a la puerta, ella un poco más segura camino en su dirección, se sorprendió al ver el enorme salón cuando llegaron, en una alfombra se encontraba un pequeño de no más de cuatro años que mordía algo.

—Señor.

—Mira Natsuki ella es Nora... — le dijo mientras lo cargaba, el pequeño simplemente parecía sonreír, y no era para menos le estaban mimando tan dulcemente que cualquiera se reiría.

—Es adorable — respondió ella al verlo detenidamente, su cabello rojizo, su blanca piel, esos ojos de un color peculiar, sus pequeñas manos.

—Lo sé, desafortunadamente aun estamos en terminando de la Universidad, mi esposo no tiene casi tiempo para cuidarlo y yo desagraciadamente menos. Así que comencemos con la prueba.

Nora estaba a punto de rendirse, la prueba era difícil, conocimientos, estrategias, todo lo relacionado con un bebé, su padre era bastante extraño la veía como si esperara a que cometiera algún error imperdonable y correrla. Afortunadamente gracias a su instrucción logro conseguir el puesto.

—Vaya es bastante bueno que pasaras todo — se rio Akashi, la chica parecía ser una buena persona, además de que las otras implemente no aprecian estar a la altura del puesto —Estarás a prueba un y después veremos si te quedas al menos hasta que entre a preescolar.

—No lo defraudare — respondió sonriendo, el primer paso ya había sido completado. Lo demás seguramente sería pan comido.

No se imagino lo que vino después, cuidar de un niño era una cosa, pero cuidar de cinco era una totalmente diferente, al parecer sus jefes solían pasar mucho tiempo con sus amigos y con ello venían sus adorables bebes quienes a pesar de ser pequeños eran una tremenda ola de problemas.

Nora a veces cuando estos dormían la siesta se les quedaba viendo con cierto recelo, ellos solo conocían la buena vida que sus padres les daban. Ellos seguramente tenían un futuro asegurado. Jamás tendrían que preocuparse por nada, estaba completamente segura que lo que pidieran seguramente sus padres se lo darían sin chistar.

Vaya que tenían suerte o al menos eso parecía.

Los mese pasaron y el ritmo se le hacía normal, algo que no envidiaba era el estricto horario a seguir. Natsuki vivía bajo una agenda periódica y casi nunca hacían nada fuera de ella. Incluso su abuelo el padre del dueño respetaba la agenda, simplemente se aparecía cuando esta lo marcara.