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Parte 13

Murasakibara estaba impresionado por los interesantes cambios que en los últimos años su esposo había experimentado. Si no fuera porque él estaba sentado a su lado no sabría exactamente cómo es que termino en ese lugar.

—Aka-chin este lugar es impresionante — menciono al ver tantos adornos alrededor. Al parecer el restaurante al que quería llevarlos no era otro que el "Magazine", uno que posiblemente él se encargó de reservar con anticipación. Era un lugar elegante que ponía en tela de duda si eras casado o soltero, pero daba igual en ese momento, Mei estaba distraída viendo a su hermanito como este era el más entretenido de los tres.

—Buenas tardes, ¿Puedo tomar su orden? — pregunto el camarero. La familia entera retomo las carta de los menús y fue entonces cuando Murasakibara pudo notar el por qué ese día asistir a ese restaurante.

— ¿Puedo pedir lo que sea? — menciono con gran anhelo.

—Claro para eso estamos aquí —

— ¿Yo también? — Mei era la que menos esperaba un tipo de noticia como esa.

—Ya lo dije para eso estamos aquí —

Fue entonces que las ordenes comenzaron a llover, el camarero pedía paciencia para con ambos quienes desesperados y emocionados comenzaron a pedir todo lo que pudieran comer.

Akashi por su lado estaba seguro que esa había sido una buena idea, probablemente Mei no lo merecía pero igual y eso le ayudaría con su comportamiento más o menos. Ese día era cuando el restaurante solo ofrecía postres como comida, es decir; que los postres tenían forma de comida aunque es realidad eran puros dulces, un paraíso inimaginable para padre e hija.

—Tú se normal por favor — le pidió a su pequeño hijo quien dormía de lo más feliz en su carriola, Issei fue el segundo hijo no planeado pues sin quererlo había llegado a su familia, no por eso era menos querido pero igual y había sido sorpresa.

Aun recordaba cómo fue con Natsuki, el no solo fue una sorpresa sino que también según los doctores había de ser niña, por eso el nombre pero al final resulto se niño. Las sorpresas de la vida.

Natsuki había sido el más grande y maravilloso error que pudo cometer en su vida, con frecuencia pensaba que sin el posiblemente se habría ido a estudiar al extranjero, podría haber pasado años para que volviera, además de que en ese entonces no estaba tan seguro de que Murasakibara lo fuera a esperar. Tal vez él nunca pensaba volver.

El resto de la noche se la paso en risas, diversión y uno que otro mal chiste de Akashi quien intentaba hacer reír un poco a su familia. Cosa que no funciono, pero padre e hija decidieron no poner atención a eso, de todas formas se reían para no hacer sentir mal al pobre.

Residencia Kiyoshi

Aún era temprano y como ya era costumbre estaba acostado en su cama sin hacer absolutamente nada, desde hace un tiempo se había sentido mal pero que más daba era por el estrés del trabajo. Sintió como algo no andaba bien seguramente en cualquier momento sucedería lo menos esperado.

Escucho la puerta de la casa abrirse muy lentamente, tal parecía que no querían hacer ningún ruido, como si quisieran encubrir su presencia, escucho pasos en la planta de abajo, ya se lo imaginaba.

Mientras tanto en la planta de abajo:

—Escuchen chicos ya saben que están advertidos, Makoto no los dejara ir vivos a menos que sea muy buena su explicación del porque me llamaron para ir a recogerlos, hablen ahora — Kiyoshi estaba hablando muy bajito, sabía que si despertaba su esposo las cosas podrían ir mal.