¡La pesadilla se ha desatado!
Dos grupos, una horrible realidad.
Una desconocida y mortal plaga se ha esparcido con rapidez en toda la zona. En poco tiempo miles perecieron víctimas de ella. Ahora sus cuerpos reaparecen hambrientos por la carne huma...
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Sentados todos en la mesa para cenar, Michael y Jonathan se enteraban a través de Diana de lo ocurrido en el refugio. Algo que lleno de incomodidad y preocupación a Michael. Junto a ellos una seria Alexa miraba a su hermana sin entender las razones por las cuales ella le había contado sobre lo sucedido.
—Eso es cierto Alexa, ¿Saliste a eliminar a uno de ellos?—preguntó Michael.
—Si, solo hice lo que tienes aconsejado o acaso lo hecho mal—respondió ella.
—No, para nada ¿Tu hermana te ayudo?
—Claro que no, no la iba a exponer a esa cosa.
Tocándose la barba a la vez que pensaba, Michael se levantó de la silla. Camino en círculos por varios segundos terminando al lado de Diana. La chica levanto la mirada un poco inquieta quizás esperando algún regaño.
—¿Cómo te sentiste al ver a tu hermana luchar contra ese muerto?—preguntó Michael.
—Tuve mucho miedo, temía que algo le ocurriera—admitió ella.
—Ya veo, y si hubiera ocurrido algo qué harías. La hubieras defendido.
Diana dirigió su mirada hacia su hermana sin saber que decirle a Michael. Intento dar una contestación pero no sabia que decir. Michael le tocó el hombro y le sonrío antes de sentarse de nuevo en la mesa.
—No tenemos otra opción Diana, tendrás que aprender a defenderte por ti misma-comentó Michael tomando un poco de agua de una botella—. Mañana te enseñaré a usar un arma.
—¡Que!, de ninguna forma ella hará eso—advirtió Alexa con seriedad.
—Contéstame entonces. ¿Qué hubiera pasado si ese ser u otro te hubiera mordido? Ella se quedaría congelada del terror y no haría nada.
—Puedo mantenerla alejada y segura, no la expondré a nada.
—Puedes asegurárselo Alexa, puedes mirarla a la cara y prométeselo. Por que si lo haces sabes que le mientes.
Alexa miró a su hermana con un semblante desencajado. Sabía que Michael la había atrapado. Por más que se lo propusiera, no había forma de garantizar la seguridad total de su hermana o incluso la de ella misma. Se tocó el rostro tratando de encontrar que decirle a Michael quien la observaba con seriedad.
—Entiendo tu deseo de protegerla-aseguró Jonathan—. Pero no es mejor que sepa como defenderse y nunca tenga que hacerlo, a tener que hacerlo y no saber cómo.
—Es muy riesgoso, ella es muy tranquila para exponerla así—afirmó preocupada Alexa.
—Estaremos todos con ella en lo que aprende y nunca la dejaremos salir sola al menos que esté lista. Además sabes que sus números están aumentando, debemos prepararnos.
—Que tal si comete un error o se descuida.
—Confía en ella como ella lo hace contigo-comentó Michael—. Debes entenderlo, ya no hay otra opción. Además ya es tiempo de crecer para ella.
