Deseos Inadecuados (Levi x Eren) [Fanfic Yaoi] 《Shingeki No Kyojin》

Capítulo IX

Narra Mikasa.

No es que estuviera en contra de que el capitán Levi entrenara a Eren. Pero en cuanto me enteré de que lo llevo a su casa para limpiar, estallé en furia.

¡Era una maldita excusa para someter a Eren en la limpieza!

Creí que el comandante Erwin lo traería de vuelta. Pero ¡como no lo hizo, lo haré yo!

¡¿Dónde es que era la casa de ese enano?!

¡Allá está!

Me dirigí hacia su morada y, sin dudar, golpeé la puerta

¡Vamos, enano, abre la maldita puerta!

Algo no iba bien. Hace unos pocos minutos había tenido una mala vibra y por eso vine corriendo. Si veo que Eren tiene un pequeño rasguño... ¡el enano se las verá conmigo!

¿¡¿¡Y POR QUÉ NO ABRE?!?!? ¡¡ENTRARÉ POR MI PROPIA VOLUNTAD!!

Entonces, abrí la puerta de un empujón. Había agua en el piso y un balde caído al final de las escaleras. Fui subiendo lentamente para no resbalarme, ya que los escalones también estaban mojados.

El lugar estaba extrañamente silencioso.

Una vez arriba, me crucé con una habitación con la puerta semiabierta. Me asomé con cuidado y estaba el enano y Eren...

Eren yacía acostado en la cama y el capitán estaba sentado en el filo, al lado suyo. Eren tenía los ojos cerrados mientras Levi lo sujetaba de la mano.

¿¡Qué le había pasado!?

Estaba a punto de entrar para alejarlo de él.

—Tonto... —decía el enano— ¿tanto te atraigo...?

Pero aquello me hizo retroceder.

¡¿Q-Qué dijo el enano?!

Pude notar preocupación en él. No parecía el elfo amargado de siempre.

—¿Cuándo vas a despertar, eh? —decía el enano.

Solo me apoyé en la pared para seguir escuchando sus murmuros.

Narra Levi.

—Tonto... —le decía a Eren y empecé a acariciar su cabello.

Era muy lindo. Las ganas de besarlo eran de 99%. Pero, ese 1% me decía que él debía pedirme ese beso. Haré que me lo pida.

—Mmm... —Eren empezaba a despertar.

Saqué mi mano.

—¿Estás mejor? —pregunté.

—¿Eh? —titubeó.

—Al menos ya puedes hablar. Limpiarás el desastre que dejaste, ¿me escuchaste?

Eren empezó a levantarse.

—Oye, aún no. Después. Por mientras, descansa.

Eren empezó a mirarme fijamente. Tenía una mirada distinta.

—¿Qué sucede? —pregunté.

Nos miramos y hubo silencio por unos segundos.

—Disculpe, pero... ¿Quién es usted?