Deseos Inadecuados (Levi x Eren) [Fanfic Yaoi] 《Shingeki No Kyojin》

Capítulo XLVII

Él entró y cerró la puerta.

—¿Te ayudo con algo? —fue lo primero que dijo.

Eren se le quedo viendo un rato. Ambos se miraron. Hubo un pequeño silencio, el cual Eren trató de romper.

—Ahm... —Eren se sonrojó y le dio su pantalón que se encontraba mojado— ten, cuelga esto en el toallero.

Levi recibió el pantalón y miró fijamente a Eren por nueve segundos.

—¿Saco la toalla? —preguntó Levi.

—Sí, sí. Ponla en algún lugar seco —afirmó Eren volteándose y tratando de distraerse con cualquier cosa.

"Maldición...", pensó el castaño.

Su amigo estaba despierto y no quería que el capitán se diera cuenta. Así que la acomodó a un costado, haciendo que se notara menos.

—Eren —empezó a decir—, cuando te pregunté si te ayudaba con algo, no me refería a la ropa —mencionó mientras doblaba la toalla.

Eren se sonrojó. Pensó que tal vez hablaba de su erección. Aún así, por la vergüenza y a que no quería que el capitán pensara que él era un "malpensado", decidió fingir no saber de qué hablaba.

—Oh —dio pequeñas risas forzadas—, ¿te referías a la limpieza? En realidad, puedo sólo. Gracias por ser considerado. Es más, creo que ya está parando de llover...

Se escuchó el fuerte sonido de un trueno.

Eren rió apenado.

—Creo que sabes a lo que me refiero, Eren. ¿Por qué es que siempre huyes?

—Yo no huyo —dijo sin mirarle a la cara.

—Mira a tus superiores a la cara cuando te hablan.

Eren volteó con enojo a verlo.

—Dime, ¿crees en el destino?

Antes de que Eren pudiera responder, Levi lo interrumpió:

—Porque no creo casual esta oportunidad. Me refiero... —suspiró— primero, que Petra te haya dicho que vengas conmigo; segundo, la tienda cerró; tercero, cuando nos íbamos a volver a la iglesia, llovió; cuarto, justo tu casa quedaba cerca del lugar; quinto, se te paró...

Eren se sonrojó.

—¡Eso no es cierto! —gritó Eren sin pensarlo por la vergüenza.

—Déjame terminar; sexto, a mi también se me paró; septimo, no para de llover. Es como si no quisiera que me fuera, ¿entiendes?

Eren calló. Pensó claramente lo que quería decir.

—Entiendo —comenzó a decir—, es como si la lluvia decidiera no irse. No hasta que pase algo.

Levi asintió.

—Y ese "algo", es hablar y dejarnos todo en claro de una maldita vez.

"Si le digo que ese "algo" para mí, era "hacer el amor", me odiará.", pensó Levi.

Hubo un silencio.

—Capitán Levi Ackerman —comenzó a decir Eren—, yo lo amo. Odio decirlo, pero no le puedo mentir. Pero, si no lo negamos, si no lo omitimos, ambos moriremos. A mí también, se me ocurren muchas ideas de cómo tener un romance secreto... —dijo serio con las mejillas ruborizadas.

Levi sonrió cabizbajo.

—Pero —continuó—, lamentablemente, esto es imposible, y no podremos vivir en paz así. Ambos viviremos con temor a que nos descubran. A que si nos besamos, que nadie nos vea; a que si, nos agarramos de las manos, que nadie ande cerca. Jean y Marco se aceptaron el uno al otro. Se amaron profundamente y ya no están. Yo he decidido amarlo en secreto, Levi Ackerman —dijo firme—. Por eso, esta será la última vez que nos encontremos sólos, hablando sobre este tipo de cosas... y en ropa interior. No quiero que mueras. Aunque me duela verte casándote con otra persona, creo que es lo correcto. Y no se... preocupe por mí —le cayó una lágrima, la cuál trató de limpiar rápidamente—. Yo estaré bien, y usted, por favor trate de estarlo —lo miró fijamente—. Yo lo amo —sintió una presión en el pecho—, y desearía tanto... ser mujer... para poder... —se detenía cada tanto, sentía que las lágrimas se le iban a venir encima—... para poder... estar con usted —se destrozó en llanto. Cabizbajo empezó a llorar—. Pero... no se puede... y odio tanto esto... odio todo esto... Tú y yo... agarrados de la mano caminando felices... jamás... jamás sucedería eso... nunca... nunca... y odio tanto esto... lo odio... yo feliz... tú feliz...

—Ambos felices... —dijo Levi.

Eren levantó la vista, y vio a un Levi Ackerman con lágrimas cayéndoseles por las mejillas.

Ambos se miraron. Una mirada sufrida. Dos miradas sufridas.

Levi suspiró y miró por la pequeña ventana que había en la parte de arriba del baño. Había parado de llover.

—Creo que Destino quería que al fín dijeras todo lo que sientes —dijo Levi mientras se secaba las lágrimas.

Eren se le quedó mirándole y después hizo lo mismo.

—Gracias por contarme todo esto —dijo Levi—. Ya no nos podré en una situación en la que podríamos estar en peligro.

Eren solo calló. En el interior, tomaba eso como que Levi se iba a alejar y no intentaría nada. Odiaba pensarlo, pero no quería que dejara de hacerlo. Pero, era lo correcto. Sentía que era un fin. Un fin entre ambos.

El adolescente miró el suelo, triste.

—Pero... —continuó Levi— ¿puedo darte un abrazo antes de que actuemos como si nada de esto hubiese pasado?

Esas palabras lastimaron a Eren.

—S-Sí... —dijo tímido.

Levi se acercó lentamente hacia él, lo rodeó con sus brazos y así, dándole un cálido abrazo. Eren se apoyó sobre él, y no pudo evitar abrazarlo fuerte. Iba a ser el último, y no quería que fuera así. Ahora lo quería aún más, le había parecido lindo que Levi aceptara lo que él quería. Cuando se suponía que el abrazo terminaría, Eren seguía abrazándolo involuntariamente. Levi al notar esto, empezó a acariciarle el cabello y le dio un beso en la mejilla.

—Debo irme —le susurró.

Eren negó con la cabeza. No quería hacerlo pero no podía evitarlo. No quería dejarlo ir.

Levi dio una pequeña risa.

—Me lo haces difícil...

Como Eren no pensaba soltarlo, entonces Levi siguió abrazándolo.

Cuando al fin Eren decidió dejarlo ir, se apartó, y Levi hizo lo mismo.

—Voy a ir a cambiarme... —avisó Levi sin moverse.

—Está bien... —aceptó Eren— Puedes ponerte cualquier prenda que te guste... yo después te paso tu ropa, cuando se seque.

—Ok... Ehm... quédate cuanto tiempo necesites, yo crearé alguna excusa...

—Está bien... gracias.

Antes de retirarse, agregó:

—Si necesitas hablar con alguien, o si necesitas algo, puedes contar conmigo. Después de todo, no olvides que soy tu mentor. Luego de esta ceremonia y todo eso, entrenaremos como debimos haberlo hecho desde el principio, ¿sí?

—Ok —afirmó Eren.

Y sin nada más qué decir, el capitán salió.

Inevitablemente, Eren comenzó a llorar en silencio.