Capítulo L

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Una vez que la oscuridad cayó, salimos de los muros.

Tomamos todos dos tazas de café bien cargados para poder soportar la noche.

La formación era la siguiente: el capitán Levi y Petra al frente. Detrás de ellos, estaban Aurou, Gunther y Erd. Detrás de éstos, estábamos Armin, Mikasa y yo. Finalmente, detrás de nosotros, estaban Sasha y Connie.

Detrás de nosotros, Sasha dio un bostezo ruidoso.

—Sasha, haz silencio, por favor —susurró Armin intranquilo.

—Sí, Sasha. Cállate —dijo Connie para después bostezar, pero tapándose  la boca.

—¿Siguen teniendo sueño a pesar de esas dos tazas de café? —preguntó Armin asombrado.

—Yo tomé tres; Sasha también.

—Este árbol se me es familiar —dijo Sasha de repente.

—Todos lo árboles son iguales —dijo Connie.

—No, no lo son.

Entonces el capitán y Petra se detuvieron, por lo que todos lo hicimos también.

—Petra dilo ya, nos perdimos. No me hagas perder el tiempo —dijo el capitán de manera fría.

—Eh... sí... —dijo mirando el mapa tratando de descubrir donde estábamos.

—Dame el mapa —volvió a decir.

Petra, obediente y avergonzada, se lo entregó.

—Nos estabas llevando al noreste, Petra —suspiró cansado—. Ve en el lugar de Blouse, ella sabe bien de estas cosas.

—Lo siento... —dijo Petra mientras galopaba hacia atrás mío y Sasha iba adelante.

Entonces seguimos.

Volteé para ver a Petra y lucía triste.

—¿Te encuentras bien, Petra? —pregunté.

Ella suspiró.

—Soy un desastre. Ni siquiera sé como guiar a un escuadrón. Soy la esposa hazmerreír.

—Oye, tranquila —dije tratando de calmarla—. Estás con gente de confianza. Nadie te avergonzará ni nada.

—Sí —agregó Armin—. No eres la única que alguna vez cometió un error. Erd y Gunther siempre están haciendo tonterías.

—Y ni qué hablar de Auruo —comenté.

—No hay ningún día en donde no haga algo tonto —dijimos Armin y yo al unísono.

—Mira a Connie —dijo Armin.

Entonces miramos a Connie. Sí, era raro que no hablara. Se encontraba durmiendo sobre su caballo mientras un moco se le inflaba al respirar.

Reímos los tres.

—Gracias, chicos —dijo sonriéndonos.

Entonces miré al frente. Armin hizo lo mismo. Miré de reojo a Mikasa; estaba con el ceño fruncido.

—Oye, yo estoy bien así —le dije.

Me miró y dejó de fruncir el ceño.

—Es que... —suspiró— lo sé, Eren.

Estaba a punto de decir algo más, pero decidí interrumpirla.

—Si lo sabes, entonces deja de mirarlos mal a cada rato como si su existencia te molestara —sonreí.

Deseos Inadecuados (Levi x Eren) [Fanfic Yaoi] 《Shingeki No Kyojin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora