Deseos Inadecuados (Levi x Eren) [Fanfic Yaoi] 《Shingeki No Kyojin》

Capítulo XXXIV

Recuerdos de Hanji, Parte 9.

《Y así todos los días...》

2 semanas después...

—¿Han-san? —empezó a entrar Maru en la cabaña.

—¿Hmp? ¿Maru?

—Zoe-san... —se sentó en mi cama.

—¿Qué pasa, Maru? —la miré.

《Me pregunto si...》

—¿Estás bien? Te siento triste...

《...ella...》

—¿Eh? ¿Por qué lo dices? —sonreí.

《...recordará...》

—Es que... tus ojos fueron cambiando.

《...lo sucedido en el bar.》

—¿Mis ojos...? —empecé a reír falsamente.

《Yo solamente quiero...》

—La manera en la que ves las cosas, ya no es como antes, Hanji.

《...tu bienestar.》

—¿Hanji? —di un pequeño reír— Estoy bien, Maru —empecé a acariciarla como pude. Me sentía débil. Pero aún tenía las fuerzas suficiente para sostenerme de pie— Maru...

—¿Sí?

—Hay algo... que te quise preguntar desde hace tiempo pero no me atrevía...

—¿Qué es? —preguntó curiosa.

—¿Recuerdas... aquella noche en el bar?

—¿Noche en el bar?

Empecé a sonreír. Capaz no recordaba y yo moriría antes de saberlo...

¿Va a ser así como terminará...?

—¿Cuando te confesé mi amor?

《¡¿Eh?!》

Mis ojos se abrieron. Demasiado por la sorpresa.

¿Acaso ella... recordaba eso todo este tiempo?

—Hanji... estás llorando.

—¿Eh? —pude sentir la lágrima caer por mi oreja.

Reaccioné y me levanté de la cama.

—¡Oh! Lo siento, es que... recordé un chiste —comencé a reír y a secarme las lágrimas.

—Hanji, te equivocaste. Eso se dice cuando uno ríe de la nada, no cuando llora —me sostuvo la mano y me miró fijamente— Si tienes algo que contarme... por favor hazlo, ¿si?

—Ok...

Nunca podría decírselo...

Conociéndola, iría tras la señora y se quejaría. Necesito guardar ese secreto. Es lo único que nos mantiene vivas.

—Sobre la confesión... —traté de cambiar de tema— ¿Es cierto lo que sientes por mí?

—¿Uh? —se sonrojó— Ehm... s-sí —tartamudeó cabizbaja.

Empecé a reír. Me miró preocupada.

—¿Q-Qué es lo gracioso?

—Que también te amo —me acosté mirando hacia arriba y de paso le sonreí mirándola de reojo.

—A-Ah... —empezó a tartamudear y a formarse una sonrisa en su hermoso rostro.

—¿Qué sucede? —me senté y la miré fijamente sin dejar de sonreír.