Deseos Inadecuados (Levi x Eren) [Fanfic Yaoi] 《Shingeki No Kyojin》

Capítulo XXXVI

Narra Eren.

—¿Lo amas?

—C-Claro que no... —miré a un costado ya que no quería que notara mi sonrojo— tú sabes, él es hombre y yo también, eso está mal Mikasa. No lo digas como si fuera algo normal.

—Eren, si no me dices ahora mismo qué es lo que realmente sientes hacia el capitán, me negaré a que te siga acosando.

—No me acosa... —murmuré— Además, si ya te dije que no, ¿Por qué es que insistes tanto? —hablé claramente.

—Porque tu oreja está roja, Eren. Estás mintiendo.

Bufé.

Volteé a mirar a cualquier lado, y justo estaba ahí el Capitán Levi. Estaba hablando con la lider de escuadrón, Hanji.

El rostro del capitán había cambiado. Ya no estaba con la sexy... ¡Ejem! Quiero decir, con la misma expresión de siempre... Se lo notaba triste.

Capaz sí me gusta el capitán. Solo que me cuesta admitirlo en voz alta. Por el hecho de que es hombre...

—¡Anda Levi! ¡Sonríe! —gritó Hanji riendo y golpeando al capitán en la espalda.

—Mikasa... —la miré— Sí lo amo —declaré cabizbajo—. Pero no se lo digas. A él ni a nadie. 

No me atreví a mirarla. Tenía vergüenza. Aun así, sentí como me sostenía la mano y empezaba a acariciarla.

—No tienes por qué avergonzarte, Eren. Sabes que tienes mi apoyo para lo que sea...

—Gracias, Mikasa...

Y nos abrazamos.

~?~

Narrador 3era persona.

—Ngh... J-Jean...

—T-Trata de hacer silencio, Marco —susurró Jean—. O nos descubriran...

—N-No tan fuerte... aghm...

—Es que estás muy estrecho... —seguía empujando con fuerza mientras lo agachaba.

—¡J-Jean! ¡Me voy a caer...! —decía apoyando sus brazos alrededor del retrete.

—P...Para nuestra suerte, es un lugar muy pequeño —empujaba más fuerte.

—¡N-Ngh! ¡A-Apresurate!

—¡E-Eso intento! —sujetó las caderas del muchacho que tenía en frente para apegarlo con fuerza mientras lo embestía al mismo tiempo.

—¡A-Ahh! ¡J-J-Jean! ¡C-Creo... que no podré aguantar tanto!

Mientras Jean seguía empujando con fuerza, decidió agarrar el miembro de su compañero y masturbarlo al mismo tiempo.

—¡A-Ahhh! —gimió Marco.

En un impulso no esperado, Jean llenó a Marco con su líquido. Y Marco, dejó caer todo lo suyo en el agua del retrete.

—A-Ah... A-Ah... A-Ah... —respiró Marco agitado.

Cansado y agitado, Jean retrocedió dejándose caer en la puerta del pequeño baño, admirando el ano de su amigo lleno de su líquido.