Deseos Inadecuados (Levi x Eren) [Fanfic Yaoi] 《Shingeki No Kyojin》

Capítulo LIII

—Eren, ¿estarás bien con esto?

—Ya te dije que sí, Mikasa. Deja de preocuparte.

Pero era algo imposible para su hermana. También lo era para Armin.  Eren lucía cada vez más delgado. Como si no comiera. Mikasa trató de no preocuparse demasiado por su figura. Después de todo, había perdido mucho peso al no despertar una semana y no alimentarse debidamente.

Hoy era la boda de Levi y Petra. Todos vestían formalmente y los cadetes estaban contentos ya que era como un día libre para ellos.

En un lado, se encontraba Levi Ackerman, mirándose seriamente al espejo. Pero con una tristeza interna, que pensaba no demostrar hoy. La gente no sospecharía si no lo ven contento hoy, y en cambio, serio. Después de todo, las personas se acostumbraron a verlo así. Tal vez Petra ni lo notaría.

Volviendo a los tres muchachos, éstos se encontraban en los pasillos de la entrada.

—Voy al baño —dijo Eren.

—¡Vayan entrado, por favor! —anunció Mike.

—Ok, nosotros te esperamos —dijo Mikasa.

—No, ustedes vayan entrando —dijo Eren mientras la gente iba entrando—, y guarden asientos.

Armin sonrió.

—Está bien, Eren —dijo Mikasa.

Y los dos entraron.

—¿De qué lado deberíamos ir? —preguntó Armin.

—Vamos del lado del capitán.

Fueron caminando entre la gente, y se sentaron por el medio.

—Armin, guardale un asiento a Eren al lado tuyo.

—Está bien.

—¡Ah! Debo ir a buscar a Sasha —recordó—. Armin, tú cuida los asientos —dijo retirándose.

—Ah... está bien.

Luego, vino una señora con unos niños y se sentaron al lado de Armin. Uno de los niños ocupó el asiento reservado de Eren.

—Eh.. está ocu... ay... —dijo en voz baja.

Luego de un rato, Mikasa volvió.

—Listo, ya le pedí mis pendientes a Sasha.

Mikasa se quedó viendo a Armin y al niño al lado de él.

—¿Y el asiento de Eren?

—Ay... no podía decirle que no.

—Hmp... bueno, entonces que Eren se busque algún asiento —dijo mientras miraba la puerta de entrada de la iglesia.

Entonces, empezaron a hacer silencio, el novio empezó a entrar y se puso al lado del padre.

Unos minutos después, apareció Petra sin alguien que la acompañase y sin el velo puesto hasta su futuro esposo.

—¿Su padre no debería acompañarla? —preguntó Mikasa en voz baja.

—Se supone que sí —respondió Armin de igual manera.

Petra caminó hacia Levi y se colocó en frente de él.

—¿Petra? —preguntó Levi extrañado.

—Capitán, lo estuve pensando bastante —comenzó diciendo en voz baja, sólo para que Levi escuchara—, y yo lo amo. Yo sé que no me ama, y dudo que alguna vez lo haga. Si se casa conmigo, sólo será infeliz. Obligué a Erd y Gunther a que me contaran lo que estaba pasando, y nada de esto era necesario. Sé que hay alguien, una persona de la cual usted está enamorado. No quiero que se case conmigo, en cambio, quiero que vaya tras esa persona. Dígale que la ama, y sean felices. Si usted es feliz, yo lo seré también —finalizó sonriendo.

Le había tocado el corazón lo que le había dicho. Él intentaba a toda cosa tratar de ignorar sus sentimientos. Quería oprimirlos. Fue en ese momento, en donde decidió abrir los ojos y actuar.

—Gracias —dijo mirándola fijamente para después caminar de forma apresurada.

Levi caminó hacia una pelinegra que miraba sorprendida la situación.

—¿Y Eren? —preguntó Levi.

—En... el baño —dijo aún con sorpresa.

Levi estuvo a punto de salir.

—¡Alto ahí! —dijo una persona con un disfraz de elefante— Momento, ¿qué está pasando? —dijo al percatarse que los novios no se estaban casando.

—¿Hanji? —susurró Levi extrañado —  ¿Qué haces vestida así?

—Es una trompa, ¿te gusta? —dijo señalando ésta.

—No tengo tiempo para bromear, Hanji. Debo ir al baño a buscar a Eren.

—Yo acabo de ir al baño, y no había nadie —dijo la mujer vestida de elefante.

—Pero, Eren obviamente se metería a un baño de hombres, Hanji.

—Yo fui al de hombres. No fui al de mujeres, porque siempre hay mucha fila y además siempre se acaban rápido el papel higiénico.

Preocupado, Levi salió del lugar.

~?~

En un lugar no vigilado del muro, se encontraba un castaño de ojos esmeraldas mirando el horizonte.

Miró fuera del muro, no había nadie. Ni un titán, ni un humano. Lo había pensado mucha veces. Sintió que tal vez nació en una época equivocada. Sintió que él era el error en esta sociedad.

Respiro.

Se sentó en el muro y empezó a tocarlo. Quería sentir algo por última vez.

Se puso de pie.

Volvió a respirar.

Sonrió.

Y pensó: "No me arrepiento de nada."

Siguió caminando, hacia el horizonte. Mientras pensaba en la vida que hubiese querido tener. Recordó los momentos graciosos con sus compañeros.

Siempre se maldijo. Es decir, él odiaba a los titanes, y él era uno.

Cerró los ojos.

Y adiós a todo.