Prólogo

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Sarah Adams estaba explorando la tumba que hacía un tiempo habían descubierto en medio de la nada, una que pasó desapercibida durante todo el siglo XX. Había objetos hermosos por toda la cámara de la tumba, tesoros y ofrendas para la reina y dioses egipcios. Habían llamado a esta tumba: KG23, pero Sarah le gustaba pensar que el nombre técnico sería provisional y que pronto recibiría un nombre propio. La tumba, como todas las egipcias, no estaba decorada por dentro, pero en todas ellas había placas identificadoras. Quería encontrar el nombre de la persona a la que pertenecía. Había unas inscripciones en la pared de la cámara. 

Sarah alumbró los jeroglíficos con la linterna y trató de descifrarlo. Lamentablemente, la traducción no era su campo de la arqueología. Llamó al traductor por el walkie-talkie y este llegó enseguida. 

-¿Qué pone? -preguntó Sarah con impaciencia-. ¿Cómo se llamaba?

-Kamilah -respondió el traductor mientras seguía descifrando los jeroglíficos-. Y... no tiene titulo real. 

El traductor y Sarah se quedaron un poco trastocados. ¿Quién en su sano juicio habría enterrado a esa chica sin título en una tumba tan lujosa? ¿Se habían estropeado los jeroglíficos con el paso de los años y el título había desaparecido? 

-¿Tal vez la amante de alguien? -propuso el traductor, levantando las cejas. 

Sarah negó con la cabeza. 

-¿En una tumba como ésta? Sería la primera vez que veo algo así. 

Sarah llevaba años estudiando y trabajando sobre la historia de Egipto y no podía imaginar una única razón por la que una chica pobre acabaría en la tumba digna de una reina. 

-Sarah -llamó el traductor, mientras apuntaba con su linterna hacia una de las esquinas de la estancia-. ¿Esa linterna es tuya? 

-No -respondió Sarah con rapidez-. ¿Quién ha estado aquí antes? -pregunto ella, intranquila, porque se suponía que ninguno de los otros trabajadores tendría que haber entrado antes que ella en el lugar. 

-Nadie... has sido la primera -aseguró el traductor-. Y has sido tú la que ha quitado el precinto. 

Los dos se quedaron mirando la linterna durante un largo tiempo. 

No sabéis lo que me ha costado encontrar una foto que me gustara para la portada, de verdad. 

¡Bienvenid@as a la 4ª parte de la saga! 

NOTA: Estoy cambiando los capítulos escritos con anterioridad. La novela va a tomar un nuevo rumbo (apto para todos los públicos). 

LA HIJA DEL TIEMPO (ANTIGUO EGIPTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora