-Hemos tenido tanta suerte, Val -dice mi madre cuando Charlotte abandona la habitación, estrechándome entre sus brazos como si me fuera a evaporar-. Soy tan afortunada de que tú hayas vuelto -murmura contra mi hombro mientras me abraza.
Cierro los ojos y me permito unos cortos segundos de tranquilidad entre sus brazos, de sentirme arropada por alguien más adulto y más responsable. Soy consciente que yo sería la que habría tenido que vivir con su recuerdo para siempre, el recuerdo de una madre a la que podría no haber vuelto a ver, mientras que en su vida mi existencia y todo recuerdo de ella habría desaparecido, sin más, sin causar daños. Y, a pesar de la gran pena que sentiría al saberlo, también sentiría alivio al tener la certeza de que mi desaparición solo la tendría que haber sufrido yo. Yo podría haber vivido donde estuve hace poco tiempo teniendo la certeza de que mi madre no sufriría por mi pérdida.
-Anda, ¿por qué no le traduces todo a Khalid antes de que le dé algo por no entender absolutamente nada? -le pido a mi madre con amabilidad mientras me separo lentamente de ella, para que no sienta que la estoy rechazando o cualquier tontería de esas.
Ella asiente en silencio antes de caminar hasta el susodicho.
Me concentro en el retrato de Eiri colgado de la pared durante unos segundos más, preguntándome si realmente logró ser feliz. ¿Qué dejo atrás en su tiempo? ¿Una gran familia? ¿Hermanos y hermanas? ¿Una vida llena de miserias quizás de las que intentaba huir tan desesperadamente?
Desdoblo una de las cartas para encontrar respuestas.
Vivo todos los días perseguida por el miedo. Desde que viajé de vuelva vivo bajo una nube gris cargada de lluvia que amenaza con romper en una tormenta sobre mi cabeza. Vamos, lo que quiero decir es que estoy cagada de puto miedo por la posibilidad de volver a mi tiempo de nuevo. Paso de ver a mi ex, de verdad. Sobre todo ahora que parece tan perfecto como antes, el imbécil de mierda. Sobre todo ahora que me da miedo ser tan tonta como para poder perdonarlo. Ser tan tonta por estar tentada por la idea de dejar a mí queridísima hija atrás como si de una carga insoportable se tratara. Cuando ella no es nada de eso.
Disimulo la risa para que mi madre y Khalid no me hagan preguntas. Continuo leyendo.
Ahora en serio, ¿quién podría vivir sabiendo que en cualquier momento puede viajar? Sin previo aviso, simplemente pasa. No sé, al menos podrían hacerme una señal para tener opciones, preguntarme si quiero viajar en el tiempo de nuevo o no. Tener un poco de respeto conmigo, vaya. Pero me siento afortunada por estar de vuelta, por verlos a ellos de nuevo, por estar donde siento que debo estar para que sus vidas no se vayan por el desagüe puesto que aquello que leí en internet era preocupante y necesitan mi ayuda con urgencia. La parte más dura ha sido dejar a mi abuela atrás. Ella estaba tan feliz, tan buena, tan maravillosa como siempre... Y ahora simplemente ella estará sola. Pero debo pensar que está bien. Ella no recordará absolutamente nada. Ella es fuerte, mucho más que lo que yo jamás llegaré a ser.
Doblo la carta de nuevo y la meto en su respectivo sobre. Es curioso que no se las enviara nunca a nadie. Asumo que fueron escritas en forma de diario al no disponer de una libreta. Me pregunto qué sería aquello que vio en internet. Tomo otra de las cartas y la desdoblo, todavía colocada justo frente a su retrato.
Hoy hace exactamente veinte años que llegué aquí. ¡Felicidades a mí! Las cosas han cambiado mucho. Para empezar, soy mucho más vieja y me gustaría decir que también más sabia pero... me parece a mí que eso no es cierto. Los chicos no entendían por qué había mandado hacer un pastel para hoy, puesto que no era el cumpleaños de ninguno de los cinco. Adelaide se irá dentro de poco, en pocas semanas celebraremos su boda, por lo que el pastel también ha sido una bonita forma de celebrar algo todos juntos por última vez. Me habría encantado que se quedará más, la verdad, pero ella se ha criado aquí, no comprende el concepto de esperar hasta los treinta para casarse. Al menos tengo el consuelo de que el resto son algo más jóvenes y pueden entretenernos durante algo más de tiempo a William y a mí.
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LA HIJA DEL TIEMPO (ANTIGUO EGIPTO)
Teen Fiction4ª PARTE DE LA SAGA "LAS HIJAS DEL TIEMPO" Valentina Adams, de 19 años, viaja con su madre a una parte de Egipto para ayudarla en su expedición arqueológica. Val quiere seguir los pasos de su madre. Lo malo es que las tumbas suelen tener trampas y...