Mío (Kaisoo)

Parte tres: Un secuestro planificado

Parte tres: Un secuestro planificado

Lay está apoyado en uno de los autos de Kris. Está esperando por Xiumin y Chen, sabe que el mayor de todos querrá manejar y el otro se sentará a su lado, lo que es perfecto para él porque podrá simplemente ir en el asiento de atrás y dormir todo el camino. Kris no le especificó cuáles eran sus funciones, pero lo más probable sería que tenía, más que nada, supervisar a los muchachos mientras hacían algo ya asignado.

–¡Estás aquí!– Xiumin se acerca a Lay y le da un abrazo fraternal. Siempre se han llevado bien, pero un tercer cuerpo se une y Lay empieza a sentirse incómod. Chen los empuja y están prácticamente sobre el auto, con un poco de risas y palabras amables les pide a los chicos que se separen.

–Ya, ya, ya basta de mariconadas– se queja Kris con un tabaco en la mano, Lay frunce el ceño.

–¿Cuándo vas a dejar de fumar de manera tan compulsiva?– le dice mirando con desagrado el cigarrillo entre sus labios.

–¿Perdón?– inquiere con una ceja alzada y una sonrisa burlona. –¿Desde cuándo te importa mi manera de fumar?

–Digo, es peligroso... tú sabes. Es bueno cuidar de tu salu...

–Cállate, Lay– escupe fastidiado el jefe– Mi puta vida está en riesgo todos los putos días, ¿entiendes? Hay muchas personas que quieren matarme, este pequeño amigo aquí no lo va a hacer. No soy Suho con su afeminada forma de ser con quien estás hablando. Soy un hombre, ¿si? Hecho y derecho: Fumo, bebo, como, meo parado, ¿comprendes?

Lay rueda los ojos con desagrado. Realmente no es Suho. No es que el hombre sea precisamente la finura con patas, pero no se acerca siquiera a la constante vulgaridad de Kris, que ha empeorado desde que están separados.

–Haz lo que te de la gana– Lay prácticamente le arrancha las llaves de las manos y se mete en el auto, como había planeado. Estando ya adentro, escucha palabrotas e insultos de Kris, pero se limita a ponerse los audífonos y cerrar los ojos.

Pasan algunos minutos antes de que Chen y Xiumin se suban al auto y Lay siente como este arranca. Una hora de camino después, Lay despierta y está un poco mareado y fastidiado. Lo primero que ve al abrir los ojos es la mano de Chen sobre la de Xiumin en la palanca de cambios mientras conversan de algo a lo que no presta mucha atención.

–¿Cuánto falta?– pregunta mientras se estira y bosteza un poco antes de sentarse propiamente.

–No mucho. ¿Qué haremos ahí, Lay?– el nombrado se restregó los ojos y se acomodó la ropa, cruzando enseguida los brazos.

–¿A qué te refieres?– pregunta sin mucho interés, mientras busca la botella de agua que tenía con él antes de quedarse dormido. Nota que las manos de los chicos ya no están unidas en este momento y sonríe de lado, casi con ternura. Sabe lo que se siente tener que ocultar una relación.

–Kris dijo que cuando lleguemos allá, tú sabrás qué tenemos que hacer.

Lay frunce el ceño y se queda pensativo, sin responder las preguntas que los otros chicos hacen al notar que no parece muy enterado sobre los planes.

–¿Eso dijo? Qué extraño... he cumplido con todas las cosas que me ha asignado, es más, hay algunas cosas que incluso hice por mi cuenta y salieron bastante bien.

–Kris es así– interviene Chen, participando por primera vez– A mí también me manda a lugares sin avisarme nada y luego me esperan ahí con trabajos.

–¿Eso hace?– pregunta Lay menos preocupado al escucharlo. –De todas formas deberíamos llamarlo al llegar, ¿te mandó la dirección donde tenemos que llegar?