Mío (Kaisoo)

Parte ocho: Regreso

Parte ocho: Regreso

–¡Basura incompetente!

Lay cae al piso después del más fuerte golpe que Kris le ha dado hasta ahora. Suho está ahí y no se atreve a defenderse.

–Y pensar que me he estado dando tantas molestias contigo después de lo que me dijo D.O. ¿Esto también era parte del plan? ¿Eh? ¡Idiota!

–¡Basta!– grita Suho finalmente –Déjalo en paz, maldición. No tiene nada que ver en esto.

–¿Entonces cómo supieron mis movimientos, eh? ¿Intuición femenina?

–Imbécil– murmura Suho –Tengo más de un espía en tu grupo, no necesito poner a Lay en riesgo para eso.

–¿Quiénes son? ¿Quiénes? ¡Los mataré!

–Cálmate, por favor, que te he hecho un favor. Si el presidente de Yoowa descubre que lo tenías, te matará antes de que puedas enterarte siquiera.

–¡Me importa una mierda. Yo quiero saber que esta pasando en mi grupo, con mi gente y porqué tengo que seguir teniéndote a ti y a tus imbéciles cerca cuando debí matarte en cuánto este puto grupo se separó.  ¿Crees que estoy bromeando, idiota? Por tu culpa hemos tenido tantos problemas, tú y todos tus lacayos estúpidos arruinando todo lo que intento construir. Y encima, ahora D.O metiéndome estas ideas maricas en la cabeza, igual que todos ustedes ¡Porque soy un puto grupo de putos maricas!

–¡Bájale al tono! ¿De qué demonios estás hablando?– quiere saber Suho, empezando a irritarse.

–Primero, llegas tú con eso de los sentimientos y declaraciones. ¿Qué hice yo? Separarme de el maricón que quiere conmigo para manejarme. Luego, cuando por fin pienso que estoy libre, resulta que el maricón tiene novio y resulta ser Lay, uno de mis mejores hombres, ¿y qué pasa después? ¡Es lo más gracioso! El enano novio del negro viene a decirme que yo ¡yo! tengo celos de que te tires a Lay, ¿puedes creerlo? Lo mejor de todo es que he caído en sus estúpidas trampas una y otra vez.

–¿Lay?– Suho alza una ceja con repentina y alarmante calma.

–¿No me estás escuchando, sordo idiota? ¡Lay! ¡He dicho Lay!

–¿Tienes celos de Lay? ¿De MI Lay?

–¿Acaso te lo dibujo, retrasado?– escupe Kris, irritado.

–Voy a matarte– susurra Suho, casi para si mismo.

–¿Perdón?

–¡VOY A MATARTE! ¿Qué le hiciste? ¿Qué? ¿Lo tocaste? Juro que si lo tocaste te voy a arrancar los ojos y hacer que te los tragues ¡Hijo de...!

Los hombres de Kris lo sujetan con fuerza en un callejón abandonado no muy lejano del aeropuerto. El alto jefe sonríe de lado con burla y satisfacción, ya que acaba de encontrar el mayor punto débil de Suho.

Después de todo él y Lay si eran pareja, y también, a pesar de que no lo aceptaría en voz alta, había algo en el fondo que le decía que tal vez, y sólo tal vez, también había un poco de celos ahí.

Kris flexiona las rodillas y se acerca a Lay, tomando su rostro golpeado con sus dos manos e intercalando su mirada entre el chico herido en sus brazos y el furioso Suho atrapado por sus hombres.

–No lo toques, Kris. No te atrevas a tocarlo.... juro que te mataré...

–¿En serio? ¿cómo?– toma nuevamente el rostro de Lay y con su índice y pulgar, obliga al chico a sacar un poco sus labios para acercarse y dar un suave beso sobre ellos, a pesar de que Lay se revuelve como loco para evitarlo.