Parte siete: Una búsqueda sin frutos

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Parte siete: Una búsqueda sin frutos

A primera hora en la mañana, después de escasas horas de sueño, Suho fue al hospital para revisar que las cosas con Xiumin estuvieran bien. El chico estaba todavía dormido y Chen dijo que se veía mucho mejor, que a medio día sería capaz de regresar.

–Le dejé un mensaje a Kai, de que venga por aquí. Reténlo en este lugar todo lo que puedas hasta que yo regrese. Dile que sé algo sobre D.O pero que no le diré nada si no se queda contigo.

–¿Sabes algo sobre D.O?– pregunta dudoso, al ver la tranquilidad del líder.

–No, pero tengo algo importante que hacer y no quiero a ese chico pegado a mis talones en el estado en el que se encuentra, así que haz lo que te digo.

–Sí, señor.

Suho revisó su celular para asegurarse de la hora y el lugar donde iba a encontrar a Lay.

–Asegúrate de que no me encuentre, cuida a Xiumin. Se ve mejor, de todas formas.

Chen asintió con la cabeza y luego se sentó. Sería un problema tener que hacerse cargo tanto de Xiumin como de Kai en aquel momento, pero si él no lo hacía, ¿quién? Los demás estaban todos ocupados en la búsqueda de D.O.

No fue mucho después que Kai llegó con una apariencia terrible al hospital. Se notaba que no había dormido, que no se había bañado y al ver a Xiumin desayunando, al parecer tampoco había comido.

–Nadie contesta mis llamadas, Chen. Por favor, por favor... dime que sabes algo.

–Suho dijo que sabe algo. Fue a averiguar si era cierto, pero me advirtió que si no te quedabas aquí, no me daría ninguna información al respecto.

–¿Ahora me están ocultando algo? Sé que dije cosas tontas ayer, pero por favor... por favor, si realmente sabes algo y me lo dices, no haré una escena.

–Realmente me gustaría ayudarte– admite Chen– pero no sé nada, lo juro. Si te quedas conmigo y obedeces a Suho, lo más probable es que todo esto se resuelva sin que te metas en problemas. Aprovechemos esta habitación para que te des una ducha, podemos prestarte algo de ropa y comer. Cuando estés más calmado, tal vez puedas pensar con la cabeza fría.

–Si, tal vez tengas razón.

Chen no podía creer que el chico aceptara con tanta facilidad sus consejos en vez de hacer una de sus típicas rabietas y luego escapar, provocándole aún más problemas. Pero no, Kai se metió a la ducha, se cambió por lo menos de camiseta y se sentó a comer lo que Chen le había comprado rápidamente mientras se bañaba.

Xiumin no decía mucho, pero el silencio no fue incómodo sino gratificante, para dos personas que no querían hablar.

–Tenemos un poco más de media hora para alistarnos e ir a casa. Suho me ha llamado y dijo que tengamos paciencia. La información llegará cuando tenga que llegar y debemos mantener la calma.

–¿Eso va dirigido a mí?– cuestiona Kai, poniéndose de pie.

–Para todos, así que voy a hacer el check out del hospital y regreso.

Kai volvió a sentarse y cruzó los brazos. No podía hacer nada, no importa cuánto pensara, sabía que lo mejor era esperar a que Suho regrese.

–Lo quieres mucho, ¿verdad?– la pregunta de Xiumin lo toma desprevenido y le cuesta un rato analizar lo que se le ha cuestionado y la posible respuesta. ¿Debe ser honesto o debe seguir negándolo como el bobo que es? Una difícil decisión.

–Yo...

–Puedes confiar en mí, Kai. Tú me has ayudado mucho, jamás usaría algo como esto para lastimarte.

Mío (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora