Parte cuatro: De diversión al desastre

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Parte cuatro: De diversión al desastre

–¿Una fiesta?

Suho mira a D.O como si estuviera loco. En realidad, realmente pensaba que estaba loco. ¿Una fiesta en las condiciones en las que estaban? Imposible.

–Hacer una fiesta en momentos críticos como estos es la única mala idea que ha salido de esa boca–Suho esboza una sonrisa.

–No lo creas– insiste el chico– Todos están tensos, todos andan de malas, los rumores y las conversaciones giran en torno a Kris y cómo nos quiere arruinar. Tenemos que cambiar este ambiente y qué mejor forma que distraer a los chicos para así levantar sus ánimos un poco. Tendrán de qué hablar por meses, acerca de todo lo que vivieron e hicieron ahí y eso los va a distraer hasta que busquemos una solución a nuestros problemas o una nueva distracción mientras lo conseguimos. Necesitamos un descanso de esto, podemos ver por la seguridad de todos si la organizamos bien. Es parte de todas las organizaciones mantener tranquilos a sus miembros, no debemos ser la excepción, ¿no lo crees?

–Tus argumentos son excelentes, como siempre, D.O. pero, ¿tienes alguna otra razón? ¡Ni siquiera vas a poder bailar o hacer nada con ese yeso y esas muletas!

D.O no se sorprende por ser descubierto, está avergonzado por ser ten tan evidente, así que tiene que pensar en algo rápido.

–Es una buena forma de conocer más gente, es decir, mi vida se limita a ti y a Kai y creo que eso... no está bien. Puedo hacer amigos o pasar tiempo con personas en una fiesta con el yeso, alguien seguro tiene compasión de mi y se acercarán aunque sea a conversar. Yo... necesito más amigos aquí, Suho. También... quiero sacarme algunas ideas de la cabeza.

–Estoy totalmente de acuerdo, es bueno que estés con otras personas a parte de Kai y de mí. Me hubiera gustado otro tipo de acontecimiento para calmar los ánimos por aquí, pero tienes razón, una fiesta es la mejor opción. Tengo una amigo que puede ayudarnos con un local donde no cualquiera pueda entrar.

–Entonces, supongo que sólo es cuestión de decirles a los demás.

–¿Decirle qué a los demás?– Kai entra en la oficina de Suho y se apoya contra la puerta con un chupete en la boca, el muy maldito. Se veía increíblemente sensual con esa ropa negra, esos cabellos despeinados, lamiendo descuidadamente el dulce.

D.O no podía evitar querer hacer algo al respecto, pero estaba intentando evitar tener contacto visual y físico con Kai desde su confesión. Si bien el otro había seguido insistiendo que era una mala idea, no había sido muy claro con respecto a su respuesta. Después de ese día actuó como si nada.

En parte era bueno, porque de otra forma D.O moriría de ansiedad, pero también era doloroso, porque tampoco mostraba mucho interés al respecto. Así que lo mejor era intentar separarse de él lo más que pudiera. Como no quería estar solo, decidió que debía conocer a más personas y toda la idea de la fiesta empezó a formarse en su mente.

–Vamos a organizar una fiesta, algo grande y vistoso para que los chicos se diviertan en esta época de malos ratos. Les hará bien a todos.

–Emborracharse y pasarse bien con los demás siempre va a poner de buenas a nuestros chicos. Es una buena idea.– Kai opina, luego mordiendo el caramelo para masticar el chicle de adentro, mira a D.O. –Excepto para mí, que generalmente tengo que hacerme cargo de que no haya peleas de borrachos ni gente con armas en ningún lado. Casi no me divierto en esas cosas.

–Me gustaría decir que pondré a alguien más a cargo de la seguridad y dejarte libre por esta vez, pero lamentablemente no confío en nadie– Suho hace una mueca de disculpas y le da un par de palmaditas en el hombro.

Mío (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora