Parte seis: Negarlo

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Parte seis: Negarlo

D.O tiene que ir detrás de Kai después de una ruidosa, crítica y problemática reunión. Cuando se enteró que puso su vida en riesgo, con la de todos los demás, para que Lay regrese voluntariamente donde Kris, no tuvo la mejor de las reacciones.

En general, todos estaban molestos o por lo menos sorprendidos, pero Kai estaba fuera de sí.

–¡Espera, Kai! ¡No puedes irte de esa manera!

–Estoy tan enojado, que quiero golpear a quien sea. No te conviertas en esa persona.

–¿Qué pasa contigo?– quiere saber D.O, Kai finalmente ha parado y ahora están frente a frente, a pocos metros de distancia. –No vas a resolver nada si lo único que haces es ponerte furioso y no razonar. Suho no tiene la culpa de esto, ni siquiera Lay tiene la culpa de esto. Nos ha explicado sus razones y, lamento decirlo, pero creo que es lo más inteligente. Kris si va a desmoronarse en poco tiempo, dejemos que lo haga y no nos metamos en una estúpida guerra.

–¿Y más o menos cuánto tiempo tenemos que esperar?

D.O suspira y decide que un Kai enojado, no es un Kai con el que se puede conversar. Tiene que calmarlo de otra manera. Se acerca con calma y lo abraza, tomándolo por sorpresa.

–¿Q-qué haces?– el más alto se tensa, pero no se suelta. Están en medio de la calle, no es un buen momento para algo como esto. Incluso si no quiere aceptarlo, Kai se siente mejor después del gesto.

–Cálmate, ¿si? Respira y desaste de esa ira de otra manera, después tenemos que regresar donde Suho y ver qué mismo vamos a hacer.–  En ese momento, Kai devuelve el abrazo y cierra los ojos. Pasan unos segundos cuando los vuelve a abrir y toda la calma desaparece. No sólo hay gente de su propio grupo que los ve con intriga, sino gente, mucha gente de Kris mirándolos directamente. Ante eso, Kai se separa bruscamente del chico que casi pierde el equilibrio.

–¡Bueno, es hora de regresar!– exclama Kai, mientras evita cualquier tipo de contacto físico o visual con D.O.

–¿Pasa algo?– el mayor mira a su alrededor y se da cuenta que algunas personas los miran sin disimular. –¿Te sientes incómodo? ¿Quieres que nos vayamos de aquí?

Kai lo mira con el ceño fruncido y da unos pasos para terminar detrás de él y colocar sus manos sobre los hombros del otro y empujarlo a un lugar menos transitado, lejos de la oficina de Suho.

–¿No deberíamos regresar?– le pregunta D.O y Kai niega con la cabeza.

–Hay demasiado gente, vamos a mi habitación.– El chico se deja empujar por gran parte del camino sin hacer otro comentario.

–¿Estás llevando a tu novio bonito a casa, Kai?– el nombrado alza la mirada y la clava en el hombre que ha formulado la pregunta. La mueca en el rostro del joven quiere decir, ante los ojos de D.O, que conoce a quien está hablando.

–¿Quién es esta persona?– susurra el mayor y Kai se pone frente a él.

–Es un hombre de Kris, de los pocos de su confianza. – Responde en voz igual de baja y luego se dirige al tipo – ¿Puedo ayudarte en algo? Tenemos trabajo.

Una gran mano se apodera del brazo de D.O por otro lado y un pequeño gritito sale sin querer de su boca por culpa de la sorpresa.

–¿Qué haces?– exclama por la sorpresa.

–Oye Kai, ¿será que nos prestas a tu novio un ratito? Es que el jefe quiere verlo, tu sabes, para conversar sobre unos asuntos.

–No te lo llevas a ningún lado, tenemos trabajo que hacer y las órdenes de mi jefe son más importantes que las del tuyo– responde con calma el más alto y toma el otro brazo de D.O para acercarlo a él. – Nos vamos.

Mío (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora