Parte ocho: Miradas

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Parte ocho: Miradas

–¿Qué están haciendo ellos aquí, infeliz?– Kris no suelta a Lay y D.O no sabe si intervenir o no.

–No tengo manera de comunicarme con ellos. Tú mismo te encargaste de cortar todo tipo de comunicación. No he tenido un maldito celular en todo este tiempo, ¿cómo se supone que voy a poder decírselo?

–Ya lo hiciste una vez. Ya pudiste comunicare con ellos, ¡puedes hacerlo de nuevo!– el hombre está furioso y D.O puede ver como va alzando a Lay, tomándolo del cuello y apenas si puede hablar.

–Señor, al parecer también tienen negocios, pero en Ulsan.

–¿Ulsan?– Kris deja caer a Lay y sólo D.O se acerca a asegurarse que está bien. –¿Tienen todo para viajar también?

–Al parecer no tienen idea de que estamos aquí– el informante le deja saber –Estuvieron preguntando por las puertas de clase económica para Ulsan hace un momento.

–¿Clase económica? Yo no sé porqué Suho es tan cuidadoso con el dinero en ciertas cosas y puede gastar en otras tan absurdas. Bien, parece que efectivamente no tienes nada que ver con esto. No dejen que nadie les vea y todo saldrá bien.

D.O y Lay caminan hacia la sala de embarque de primera clase para el vuelo a Busan. Quiere hablar, pero no se atreve a decir nada con los hombres de Kris tan cerca. Cuando se sientan y el líder va por unas cosas de beber, D.O se acerca lo suficiente para susurrarle.

–¿En serio no tienes nada que ver con esto?

–No– responde Lay con mirada triste. Hubiera sido lindo si ellos estuvieran ahí para salvarlos, pero Lay realmente no tenía la posibilidad de avisarles nada y la cuestión más problemática era, que Suho y Kai probablemente no tenían ni las ganas, ni las intenciones de salvarlos, así los vieran.

D.O está sentado cerca de la ventana y ve las gotas de lluvia chocar contra el vidrio. Siente que ese espacio se reduce y como si se ahogara. Los pensamientos sobre Kai siempre lo abrazan hasta asfixiarlo. Le gustaría estar en una de esas películas donde los protagonistas hacen las cosas bien incluso cuando todo parece que va a ir mal.

Desde donde está, es capaz de ver las pistas y los aviones, la gente trabajando con luces y uniformes incluso bajo la intensa lluvia. D.O escucha que varios vuelos van a tener que esperar un poco para salir, debido al mal tiempo y Kris empieza a repartir palabrotas, quejándose del ajustado horario que tiene para los negocios.

–Tengo que ir al baño– anuncia Lay y Kris se voltea con mala cara

–¿Y qué quieres que haga? ¿que te ayude?– el sarcasmo sale de sus labios como veneno y el chico rueda los ojos.

–Pensé que querrías mandarme con tus guardaespaldas, por eso te lo hago saber.

–Estamos en la zona VIP, para salir de este maldito lugar, vas a tener que usar la tarjeta que demuestre que pudiste entrar, como yo la tengo, tú y el noviecito pueden ir a donde les plazca mientras estemos aquí.

–Bien.

Lay se pone de pie y camina hacia donde están los sanitarios. D.O regresa su mirada a la ventana y un grupo de personas están regresando del avión donde iban a embarcar. Al parecer, su vuelo tampoco podrá salir a tiempo.

–Voy a estirar un poco las piernas– D.O informa y empieza a caminar por el lugar. Es amplio y está dividido por salas. No puede salir a las de otros vuelos, pero hay comida y bebida, incluso juegos para niños y televisión.

Respira hondo y decide que también va a ir al baño. No quiere ni pensar tener que levantarse en el avión en medio del vuelo. También quiere conversar un poco con Lay, el chico se veía extremadamente triste. Probablemente piensa lo mismo que él, con tan increíble coincidencia de tenerlos en el aeropuerto y no ser capaces de dejarse ver.

Mío (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora