Parte cinco: Una huida desesperada

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Parte cinco: Una huida desesperada

Sólo Suho tiene una ligera sospecha de porqué D.O se unió al grupo, y la información que tiene no es mucha. El recibió a un muchacho desesperado que demostró tener habilidades, ahí se termina la historia. D.O jamás había sentido la necesidad de contarle a nadie sobre su situación y, mientras más tiempo pasaba, nadie se veía muy interesado en saber cómo llegó. Excepto Kai.

¿Por qué el chico quería saberlo? ¿Siempre tuvo curiosidad? O tal vez realmente había algo diferente en él que evitaba que el otro se sintiera totalmente cómodo a su alrededor.

–¿Quieres saber quién soy y de dónde vengo?

Kai sólo asiente con la cabeza y mira para otro lado. D.O mira para la ventana y se da cuenta que cada vez es más tarde, pero no le importa amanecerse conversando, si sabe que la persona a su lado es Kai.

–¿Por qué? ¿Por qué quieres saber sobre mí? ¿Por qué piensas que soy diferente? ¿Por qué la curiosidad? Pensé que no te importaba. – Kai suspira con fuerza y menea la cabeza.

–Otra vez estás siendo injusto conmigo– comenta y D.O bufa.

–Lo dice la persona que puede hacer y decir lo que sea sin tomar en cuenta los sentimientos de los demás.

–Está bien, esta bien. No quiero pelear. Así que voy a responder a tus preguntas. ¿Por qué? Quiero saberlo porque... quiero conocerte mejor. Es difícil confiar en las personas en este mundo, Kyungsoo. Quiero poder entenderte mejor. No sólo es curiosidad... casi se ha convertido en una necesidad. Y con respecto a ser diferente, ¡eres diferente! No tienes unas costumbres muy típicas de aquí, como decirlo.

–¿Por qué? ¿Es por cómo me visto? ¿Acaso es ilegal bañarse todos los días? ¿O comer con la boca cerrada?– Bien, D.O está a la defensiva y Kai tiene que hacer esfuerzos para no explotar, gritarle y terminar mal otra vez.

–No sólo eso– responde tranquilamente, haciendo gala de su escasa paciencia– No sólo tu aseo o la manera en la que comes. Es tu forma de hablar, tu forma de caminar, el vocabulario que usas, tu educación, tus costumbres. Todo en ti. Siempre me pregunto, ¿qué haces aquí, Kyungsoo?

–Todavía no entiendo cómo sabes mi nombre real– el repentino cambio de tema casi logra enojar a Kai, pero nuevamente hace uso de su poco auto control.

–Una vez lo dijiste estando ebrio, cuando nos emborrachamos sin permiso, pero lo confirmé cuando Kris te secuestró. Uno de los muchachos lo vio todo y repitió tu nombre, lo reconocí y supuse que lo era. Cuando te llamé así por primera vez te enojaste mucho.

–Siempre quise saber el tuyo. Tu nombre real. Ahora que lo sé me gustaría llamarte así siempre, pero sé que no puedo.

La habitación se queda de nuevo en silencio. Está totalmente oscuro y empieza a hacer frío. D.O decide cambiarse de ropa frente a un incómodo Kai que está a punto de mandar todo al demonio y lanzarse encima de él, pero se controla. Cuando está bajo sus mantas, se digna a mirarlo y llamarle con una mano.

–Te contaré todo lo que quieres saber si duermes conmigo esta noche. Tengo mucho frío y estoy harto de estar solo.

Kai sonríe de lado y deja salir una risita culpable. También lo quiere, así que simplemente se saca la camiseta y los pantalones para acercarse lentamente, deleitando la vista de D.O y se mete bajo las cobijas en un momento. El cuerpo del más bajo está frío y le cuesta un poco acostumbrarse. Es extraño e incluso un poco atemorizante ese sentimiento de comodidad que tiene cuando está con Kyungsoo y no sabe cómo manejar eso que tiene en el pecho, pero podrá encargarse de eso luego.

Mío (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora