Mío (Kaisoo)

Parte ocho: Escape triunfal

Parte ocho: Escape triunfal

–¿Qué te he dicho sobre calmar a tu perro guardián, Suho?– Kris no suelta a las dos personas que tiene rodeadas con sus brazos mientras el otro líder tienen que prácticamente sostener a Kai, que casi lanza humo por las orejas.

–Tranquilízate, Kai. ¡Maldición!– Suho apenas si escucha las palabras del otro, intentando calmar a la fiera en la que Kai se ha convertido.

–¿Vas a hacer un espectáculo? ¿Aquí en medio del aeropuerto? No eres un niño, Kai. Ya deberías saber que ninguno de nosotros está en condiciones de llamar la atención en un lugar público. ¿Sabes?

–Tenemos que irnos. Ahora– Kai tomo el brazo de D.O en un movimiento rápido e intentó jalonearlo, pero Kris intervino de manera violenta.

–¿Estás intentando llevarte a uno de mis tesoros en mi cara? ¿sin mi permiso? ¿acaso comiste algo en mal estado, Kai?

–¿Qué estás haciendo, Kai?– interviene Suho fuera de sí –¿Acaso quieres arruinarlo todo?

–Tengo que llevarme a Kyungsoo– insiste, casi llorando. –Está en peligro ¡Todos estamos en peligro!

–¿De qué hablas?– se atreve a preguntar Lay, intentando calmar un poco los ánimos de todos los presentes.

–Kyungsoo– Kai mira al chico a los ojos y este se estremece. –Ven conmigo por favor– su pedido es como un ruego y un millón de emociones llenan a D.O que no sabe cómo manejar lo que está sintiendo.

Es decir, Kai se ve desesperado, con esa carita de niño y esa expresión preocupada y es capaz de lanzarse a sus brazos en ese momento.

Y es eso precisamente lo que hace.

–¿Pero qué demonios?– Kris está por atraparlo, pero Lay lo detiene.

–¿Crees que vas a poder llevártelo así?– amenaza el más alto de todos, furioso.

–¿Crees que puedes hacer una escena en medio del aeropuerto? ¿quieres llamar la atención de los guardias y que yo les cuente que tu pasaporte es falso?– inquiere Suho y Kris se pone rojo de la rabia.

–¡Puedo decir lo mismo del tuyo!

–Puedes, pero yo no lo tengo aquí, así que no podrás probarlo.

–¿Esta es una trampa, mal nacido?

–Es mejor que todos se separen, estamos en peligro.– Kai tiene a D.O en sus brazos y Kris alza una ceja, confundido.

–¿De qué rayos estás hablando?– quiere saber.

–El tío de D.O... nos ha descubierto.

–¿Y quién es el condenado tío de D.O?

–El presidente de la corporación Yoowa.

Yoowa es una de las compañías más grandes, más extensas, más poderosas y, sobretodo, más corruptas de Asia. A pesar de sus variadas actividades y de las multinacionales que maneja, es un secreto a voces que el presidente de la compañía, respetado y querido por el público, tiene un lado oscuro que muchos se niegan a creer que existe.

Desde la muerte de su único heredero, el presidente de la corporación Yoowa se hizo adicto a su trabajo y olvidó, después de los primeros seis meses al maldito mocoso culpable de toda su desgracia y se dedicó a convertir a su exitosa empresa en una más exitosa aún, con más relaciones internacionales y más negocios sucios debajo del tapete.

D.O había estado a salvo porque su nombre no estaba en ninguna parte, pero cuando Kris empezó a mostrar a todo el mundo su nueva y adorada adquisición del "mocoso genio" el apodo y la fotografía de D.O empezó a circular entre los bajos mundos, como un preciado posible tesoro de las finanzas para cualquier grupo corrupto, ya que entre las habilidades del muchacho se incluían el desvío de fondos, doble contabilidad, estrategias de incrementar los recursos ilegalmente y, para mejor hacer, hackear computadoras y sistemas de bancos y demás para que todo asome como supuestamente legal y luego desaparezcan como por arte de magia.