Nada es como parece. (Niall Horan y tú)

Capitulo 6

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Ya era Viernes por fin. El instituto se me había pasado muy rápido y creo que fue porque no vi a Niall en todo el día. Cuando acabé de comer tuve que limpiar los platos ya que mi madre me pidió que lo hiciera y otra cosa no, pero llevarle la contraria a mi madre no era nada bueno. Acabé y subi a mi habitación para darme una ducha pero cuando fui a quitarme la ropa mi móvil sonó.

- ¿_____? - escuché la voz de las chicas.

- Hola. - les dije con una sonrisa a pesar de que no me estaban viendo. Esas chicas me caían muy bien, eran ya como mis hermanas por así decirlo.

- Hoy vamos a salir de fiesta a una discoteca que hay a dos calles mas a la derecha de el insituto, vente con nosotras y así sales un poco. - ahora fué Sam la que habló.

- Chicas no creo que vaya a salir, es que no me apetece mucho estoy un poco cansada y .... - no pude continuar ya que la risa de Maddison me dejó un poco confundida. - Oye, ¿ y tú de qué te ries Maddy? - le encantaba que la llamaran así.

- Eso no te lo crees ni tú que no vas a venirte, es que si hace falta voy a tu casa y te cojo de los pelos para que vengas.  - escuché la risa de todas y la verdad lo que dijo también me hizo reír a mi.

- Esta bien. - dije con un poco de cansancio. - Pero no se que ponerme. - estaba un poco agobiada. No soy una chica que sale de fiesta muy a menudo, me gusta mas quedarme en casa mirando una película o algo por el estilo. - No tengo vestidos para salir de fiesta. - y era verdad, porque los que tenía no se podían considerar ni vestidos.

- Tranquila, de eso me encargo yo. - ahora fue Leire la que habló - estoy en tu casa en 15 minutos. - me dijo con una mescla de alegría y entusiasmo en su voz.

- Esta bien. - contesté de la misma manera.

Cuando colgué fui directamente a la ducha y en unos 8 minutos terminé de ducharme, salí envuelta en una toalla blanca que me cubría el cuerpo y una en el pelo. Al salir me encontré a Leire sentada en mi cama mirandome con una sonrisa divertida en la cara y con una bolsa enorme en las manos.

- ¿Qué es eso? - le pregunté con una risa.

- Ya lo verás. Vas a enamorar a toda la discoteca. - dijo mientras se reía. - Sientaté.

Le hice caso y me senté. Me quitó la toalla del pelo y empezó a secarmelo con el secador mientras iba sacando cosas de su bolsa. No pude ver muy bien lo que era pero supongo que era maquillaje. Cuando acabó de secarme el pelo me lo peinó de una manera preciosa. Yo jamás podría habermelo peinado así aunque quisiera. Me lo onduló un poco y me hizo una especie de trenza. Cuando acabó me maquilló, poco, pero me maquilló. Le dije que no me echara mucho maquillaje ya que a mi no me gustaba. Yo nunca he tenido granos, ni manchas, ni poros, ni nada por el estilo, así que se puede decir que mi cara era bastante limpia en ese aspecto, y echarme maquillaje a lo tonto pues tampoco es que me gustara. Me puso muy poco maquillaje -como yo le pedí-  un pintalabios de color rosa claro y un poco de rimel. No iba muy maquillada a decir verdad, y eso me gustaba. 

- Cierra los ojos. - y así lo hice. - Vale, ahora ábrelos.- cuando abrí los ojos me encontré con un vestido precioso encima de la cama. Me quedé con la boca abierta.

- Leire, es precioso. 

- Lo sé, y es tuyo. - me quedé aún mas boquiabierta. ¿Qué era mio? ¿Qué estaba diciendo?

- ¿Qué dices? No puedo aceptarlo, es tuyo.

- Lo se pero yo no lo utilizo casi y es más de tu estilo. Estaba segura de que te encantaría. - le sonreí y le di el abrazo mas cariñoso que podría haberle dado nunca a nadie. ¡Me había regalado un vestido! Y no un vestido cualquiera. Era negro y azul, corto, pero tampoco muy corto, lo normal para ir de fiestas. Había una capa azul por encima de la negra que hacía que el vestido fuera mas precioso y tenía adornos muy adorables.