Capitulo 8

914 69 0
                                    

Maratón 3/4

Punto de vista Anastasia:

Cuando encuentro mi voz de nuevo, hago la pregunta que he pensado durante los últimos cinco años.

-¿Cómo crees que hubieses reaccionado ante la noticia del bebe?- el tono de agresión no es intencional, pero estoy desesperada por poner en perspectiva esto para él. Nos miramos el uno al otro, ambos respirando fuerte, nuestros cuerpos retorcidos por la tensión.

Después de golpe responde -Yo me hubiese molestado- Su vergüenza hace que su mirada se aleje de la mía, mientras pasa su mano desesperado por su cabello.

Necesito que se vuelva a concentrar, vergüenza no es lo que quiero que sienta. ¿Cómo puedo hacerle ver?

-¡¿Puedes parar ya con toda la mierda de auto-odio?!- Me levanto, me pongo derecha siendo eclipsada por su propia altura, pero igual la forma de pararme le da credibilidad a lo serio de mi mensaje.

-¡Soy yo! ¡Yo!, ¡No eres tú!- mi voz sube una octava con cada palabra mientras mi tensión se convierte en rabia.

-Mirando hacia atrás, viéndote de esta forma, hace que lo que hice se vea aun peor. Yo rompí con nuestra relación y lo lamento- Un horrible sollozo se escapa de mis labios y me caigo al suelo, temblando con lágrimas de dolor y frustración. Mis manos vuelan para cubrir mi rostro, mientras me rindo. Un llanto desgarrador, cinco años de remordimiento y anhelo reprimido, saliendo todos a la vez. Siento sus brazos rodeándome, dándome confort mientras me desahogo.

-Lo siento, lo siento- murmura en mi oído y acaricia mi cabello, arrodillado en frente de mí. Nos balancea hacia adelante y hacia atrás, mi cabeza en su cuello y sus brazos de acero, recordándome lo que he perdido.

Estoy sorprendida por el desastre que he hecho de las cosas, pero a pesar de todo él está aquí, sosteniéndome, ofreciéndose para darme confort ¿Cómo puede esta él aquí, así, conmigo después de lo que hice?

Cuando estoy más calmada, el se sienta en sus talones, pero presiona su frente con la mía, sosteniéndome con una mano detrás de mi cuello. Nuestras rodillas se tocan. Mis ojos húmedos pestañean para abrirse, y en el reflejo de la luz veo un rastro húmedo a lo largo de su mandíbula. Mi corazón se expande por él, tanto como nuestros jadeos cálidos se mezclan con nuestra cercanía. No quiero más nada que besar esas lágrimas para que desaparezcan.

Depronto, de la nada, como si fuera combustible alimentando, un fuerte deseo através de las lágrimas me pone alerta y me pongo tensa. Con los ojos bienabiertos y sorprendida, nuestros labios se encuentran por su propia voluntad,juntos e imponentes.    

Cincuenta sombras de Grey y mas (una desicion puede cambiar tu futuro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora